El tiempo en: Huelva

Jerez

María Terremoto, ante el año de su confirmación

La cantaora jerezana ha sido la primera artista en colgar el cartel de no hay billetes en el Festival de Jerez, donde estrenará su nuevo espectáculo

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai

María Terremoto durante su actuación en la Fiesta de la Bulería de Jerez

María Terremoto durante su actuación en la Fiesta de la Bulería de Jerez

  • Para el mes de septiembre tendrá en el mercado su segundo trabajo discográfico en solitario que presentará en Sevilla

Cuando María salió al escenario de la jerezana Asociación Cultural Flamenca Fernando Terremoto, en el recital que en una noche de septiembre de 2009 su padre ofreció por última vez, nada hacía presagiar que su carrera en años posteriores gozaría de una solidez extraordinaria. Aquel mítico fin de fiesta sirvió para que, de manera premonitoria, el siempre querido Fernando Fernández Pantoja (uno de los más competentes artistas que dio Jerez en su flamenco) concediera la confianza a su hija para que, una vez él faltara, el sobrenombre de la saga siguiera creciendo hasta el punto en el que hoy se encuentra. La niña prodigio no había cumplido los diez años.

La familia Terremoto ha sido siempre respetada y querida por los gitanos de Jerez, y por los de fuera, así como por la afición más exquisita. Pero pobre de aquel que crea que todo es para siempre, pues constantemente hay que mantener el fuego vivo para que nunca se apague. En esa circunstancias se encuentra María, que se encarga una y otra vez de perpetuar el apodo que ha marcado líneas de oro en el arte jondo desde la mitad del siglo pasado. ¡Y de qué manera lo hace!

Acaba de aterrizar de la Exposición Universal de Dubái, donde ha llevado su metal para cautivar como de costumbre junto a otros artistas de talla como Edu Guerrero o Mercedes de Córdoba. Es sin duda una de las cantaoras del momento.

Pero para atender al grado de popularidad al que ha llegado María hay que resaltar el arduo trabajo que existe atrás, tanto en ella como en su equipo liderado por Hugo Pérez, su representante. No han llegado hasta este punto de la noche a la mañana, pues la cantaora ha paseado su discurso por multitud de peñas flamencas de Andalucía antes de cumplir la mayoría de edad. Es propio intuir que el caché de por entonces nada tiene que ver con el de ahora. Esos kilómetros recorridos y conquistados han merecido la pena.

Ha ido caminando por los grandes festivales consiguiendo premios tan importantes como el Giraldillo Revelación de la XIX Bienal de Sevilla (2016), con tan solo dieciséis años. Nadie se acuerda ya, quizás, de sus tres meses en Japón en el año 2017 trabajando a destajo para conseguir tablas y desparpajo. El objetivo de estas líneas no es el de subrayar todos y cada uno de los méritos y reconocimientos de María, pero al menos sí aclarar que todo ha necesitado de  un proceso favorecido, eso sí, por un talento innato.

Es otra de las estrellas del Festival de Jerez que dará comienzo el próximo 17 de febrero si todo va como debe ir y en el que participará en la noche del 25 del mismo mes, en González Byass, con todo el papel vendido desde hace semanas. Es el primer espectáculo que consigue quedarse sin entradas en esta vigésimo sexta edición del encuentro más importante de la danza flamenca en el mundo.

Otra de las citas que ha conseguido llenar sin ningún problema es la prevista para el 28 de enero en los Íntimos de Triana, sala Flamenquería. Así ocurrirá, de seguro, en otras importantes noches que ya tiene cerrada para el recién estrenado 2022. Por destacar algunas: su gira por Miami, Nueva York y Chicago en el mes de abril, Granada, Valencia, Tolousse (Francia), Tío Pepe Festival…

Y como nada es suficiente para quien no tiene techo, ya trabaja en el que será su nuevo disco que está previsto que se publique en el mes de septiembre para presentarlo en Sevilla, ciudad que también es su casa y en la que goza de un cariño indudable.

María es, por concluir, una cantaora que si en su día gozó de oportunidades valiosísimas ahora es capaz de defender como pocas el lugar en el que se encuentra gracias a que en cada actuación demuestra la valía de quien nace con un don especial pero al que suma la garantía del trabajo y la constancia. Es joven, sí, pero ya posee un lugar consolidado en el flamenco actual.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN