Noah Gordon publicó en 1986 ‘El Médico’, una deslumbrante historia de aventuras de 800 páginas en la que aparecen impecablemente descritas las zonas luminosas y oscuras del alma humana. El libro pronto se convirtió en un bestsellers mundial. En la Navidad de 2013 llegó a las pantallas la versión cinematográfica de ‘El Médico’, que dirigió Philipp Stólzl, una larga película que mantenía a los espectadores hipnotizados en sus butacas. Y acaba de estrenarse en el teatro Espacio Ibercaja Delicias de Madrid una nueva versión de ‘El Médico-El Musical’, que remueve y conmueve, emociona, porque está la palabra de Noah Gordon -escritor norteamericano fallecido el pasado noviembre- y las pulsiones de amor, mentira, nobleza, engaño, competencia y vocación, que anidan en la mayoría de los seres humanos, en un espectáculo, sabiamente dirigido por Ignasi Vidal, que se convierte en una tragedia shakesperiana, aunque el final de sus protagonistas sea feliz pese a los dolorosas heridas que inevitablemente deja la difícil peripecia que han vivido. Hay muchas cosas que recuerdan a Shakespeare en este notabilísimo montaje, sobre todo la conexión de la trama con Dios, el amor y la muerte, los ejes que el mayor poeta de todos los tiempos establecía en sus obras.
Ignasi Vidal, el director, es un consumado experto en describir la dramática dureza que puede esconderse en la vida de un hombre. Como en ese tipo de acento andaluz, desempleado de larga duración, aparentemente aburrido en un día de perfil rutinario que comenta el precio de una lata de cerveza comprada en el Carrefour pero que, finalmente, sin cambiar de tono, confiesa a sus dos amigos que esa mañana ha matado a su mujer y a sus hijos en la inolvidable pieza ‘El Plan’. Ignasi Vidal mueve en ‘El Médico’ a 25 actores, encabezados por un inspirado Guido Balzaretti en el papel de Rob J. Cole, el muchacho que vio morir en sus brazos a su madre por falta de atención médica y decide recorrer el mundo, aventura tras aventura, hasta Persia, donde imparte clases Avicena, el mejor médico del mundo. El chico supera una adversidad tras otra, sobre todo por su vocación, aunque también lo impulse el amor, la solidaridad y la amistad. Además Rob J. Cole lleva permanentemente dentro su condición de cristiano.
‘El Médico-El Musical’ emociona, sí. Tal vez contribuya a ello que este espectáculo sea más fiel a la novela de Noah Gordon que la película. “La vida es muy dura; es inútil soñar”, afirma un personaje. Pero la difícil existencia de Rob J. Cole se articuló porque persiguió a vida o muerte un sueño. Memorable médico.