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Matrícula de deshonor

Eurovisión

Este digno puesto no se ha salvado de las críticas sobre su vestuarios, con reminiscencias de un pasado que ya deberíamos haber superado

Publicado: 17/05/2022 ·
12:08
· Actualizado: 17/05/2022 · 12:08
  • Chanel. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Pues sí, también soy de aquellos que suelen pararse ante la caja tonta para ver Eurovisión, un certamen que a lo largo de los años ha ido perdiendo interés dada la falta de objetividad, marcada siempre por las relaciones políticas más que por la valoración real de los participantes y sus respectivos temas. Este año vuelve a adquirir cierta importancia desde los inicios, partiendo de los polémicos enfrentamientos que hemos podido observar en las selecciones para el tema que representaría a España, como suele ocurrir en estas cuestiones tan escabrosas llenas de confusiones, dudas y ‘manos negras’; opiniones y conspiraciones para todos los gustos. 

Corriendo un ‘estúpido velo’ nos centramos ya en dicho concurso musical, donde los seguidores más acérrimos olvidan durante dicha retransmisión sus más controvertidos gustos y ponen todo su interés en sus temas y cantantes favoritos, para los españoles en general, la cantante Chanel, que logró un más que merecido tercer puesto, logrando convocar a cerca de siete millones de españoles durante su actuación. Pero este digno puesto no se ha salvado de las críticas sobre su vestuarios, con reminiscencias de un pasado que ya deberíamos haber superado, donde los trajes de luces no deberían ser modelos referentes del sentir nacional.

La letra de dicho tema tampoco anda muy llena de cultura y se aleja en demasía de ese perseguido empoderamiento de la mujer: “Te gusta to’ lo que tengo, te endulzo la cara en jugo de mango. Se te dispara cuando la prendo. Hasta el final yo no me detengo”. Hagan sus propias valoraciones. Con respecto al libre trasero no tengo mucho que decir, creo que la visión lo dice todo, o no dice mucho, y sinceramente, a pesar de los comentarios, es su decisión, pero dudo que fuese necesario para lograr estar entre las grandes de este certamen. Pero si unes todo, si percibes su actuación de forma global, resulta que letras hipersexuales y un tanto machistas, con el arcaico folclore más cañí y luciendo partes corporales más atrevidas, se da una visión menos ganadora de una artista que canta, baila e interpreta muy bien, y que sin tanta parafernalia lo haría igual. Mi enhorabuena por ese puesto que vuelve a poner a Eurovisión en el candelero. Por cierto, el tema de Ucrania es malo, pero ni una pega a su primer puesto en este 2021. 

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