De nuevo, estos días atrás, todos hemos estado pendientes de uno de los casos mas dolorosos que se recuerdan en nuestro país, al menos mi generación, como es el caso de la joven sevillana Marta del Castillo, fallecida a manos de Miguel Carcaño la fatídica tarde-noche del pasado 24 de enero de 2009.
13 años, 4 meses y 8 días después del asesinato de Marta, nada se sabe sobre el paradero de su cuerpo, ni mucho menos qué es lo que realmente sucedió en aquel piso de la calle León XIII, y no se sabe nada, o muy poco, porque los canallas implicados, durante todo este tiempo, han decidido jugar no solo con las versiones dadas por unos y por otros, sino que con las posturas adoptadas, han decidido jugar con la paz de la familia de Marta del Castillo y con una Justicia “incapaz” de esclarecer, de una vez por todas, la verdad tan esperada por todos nosotros, haciendo que muchos pierdan la fe en los Tribunales…
La semana pasada visitaba el despacho una eminencia del Derecho, de esas personas que, pese al paso del tiempo y el disfrute de la jubilación, no dejan de aportar, no su grano, sino su montaña de arena a la actualidad más reciente de Nertis ETL Global y entre la expectación que levantó su visita y su alguna que otra anécdota, esbozó una frase muy de moda, pero que en un criterio como el suyo, sienta cátedra de lo que a día de hoy vivimos los que tenemos el inmenso privilegio de ejercer uno de los oficios mas bonitos del mundo… entre el silencio que levantó el respeto y la admiración dijo, “yo, cada día, creo menos en el Derecho…”, argumentando a continuación el porque de aquella tan rotunda afirmación.
Y mucha razón que lleva, y la lleva porque todos entendimos a la perfección, que no dejaba de creer en la justicia, sino en el legislador que hacía que las normas tan esperadas por todos se queden simplemente en eso… en espera.
Muchos están siendo los comentarios que está suscitando el falso testimonio llevado a cabo por “El Cuco” y su madre, y muchos de ellos van en contra de los que tan solo se pueden limitar a aplicar el Derecho, Derecho que no nace de ellos, sino del legislador de turno que cada día parece legislar más para él y menos para la sociedad, otorgando de incapacidad a la Justicia que el pueblo espera.
Pero es precisamente por ello por lo que la sociedad no puede dejar de creer en los que día tras día, con la toga por coraza, defienden al ciudadano honrado y libre en busca de la satisfacción de sus derechos, porque pese a los impedimentos que nos pongan esos canallas y a la poca ayuda que nos ofrece el legislador, estoy seguro de que al final, la Justicia imperará y de una vez por todas, descansaremos junto a Marta y su familia.
