La Junta de Andalucía ha puesto en marcha los trámites necesarios para formalizar el cierre definitivo de la EcoReserva de Ojén (Málaga), clausurada temporalmente el pasado febrero, al entender que no cumple con la ley de parques zoológicos en vigor.
Aunque desde la administración autonómica han asegurado a EFE que todavía no hay resolución definitiva al respecto, el expediente que resolvería la actual concesión administrativa ya está en marcha y existe, incluso, un “plan B” para esta zona de monte de cara a futuro.
Se descarta que vuelva a ser área cinegética en la que se pueda cazar, una de las principales preocupaciones de los colectivos ecologistas y de su actual concesionario, Antonio Calvo, que lucharon para lograr convertirla en reserva e integrarla en la Red Natura 2000 como Zona Especial de Conservación (ZEC).
Pero también se descarta que se pueda mantener como un espacio abierto similar al Parque Fénix (Dublín) o al Richmond (Londres), ya que se encuentra en un entorno urbano y la normativa en España determina que en estas condiciones “se deben regular como parques zoológicos”, han precisado.
Los planes futuros de la Junta son, según han confirmado a EFE, que finalmente se pueda abrir al público pero que lo haga como parque zoológico de manera que los animales estén dentro de “sus correspondientes recintos”.
Mientras tanto la idea es que la propia Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible se responsabilice del cuidado de los animales “hasta que salga una nueva concesión y se haga cargo de ellos el nuevo adjudicatario”.
De la atención de las cabras, por ejemplo, se encargará el personal de la Agencia de Medio Ambiente y Agua a través de la Estación de Referencia de la Cabra Montés de Sierra Blanca (Málaga), que ya opera en el área de la reserva de Juanar, también en Ojén.
Respecto a ciervos como Valentín, María o Califa, y a jabalíes como Lluvia, Manolo y Trufa, rescatados y recuperados en la reserva por su actual concesionario, desde la Consejería aseguran que se quedarán en las instalaciones.
La delegación de Desarrollo Sostenible de la Junta en Málaga requirió el cierre de la EcoReserva hace nueve meses y propuso una sanción de 131.000 euros para el concesionario al entender que infringía la normativa relativa a los parques zoológicos.
Lo responsabilizaba asimismo de incumplir los condicionantes exigidos en la Evaluación Ambiental Unificada por los que se regula esta concesión y de tener animales -los rescatados- que habían entrado en esta zona de monte protegida “de manera irregular”.
La orden de cierre, con carácter indefinido, llevó a suspender todas las actividades con público y a cancelar las visitas de colegios, grupos y familias, a la vez que obligaba a su responsable a encargarse del mantenimiento de los animales y, de no hacerlo, lo haría la Junta de forma subsidiaria.
Antonio Calvo -que aún espera “un milagro” y la comprensión de la Junta para llegar a un acuerdo que le permita seguir al frente de la EcoReserva- ha cuidado de los animales él sólo todo este tiempo -no podían entrar voluntarios- gracias a las “generosas” donaciones de particulares.
