“Saber decir no es más importante hoy en día de lo que era cuando vivía él. Porque vivimos en una época en la que las presiones son todavía más fuertes, sobre todo por parte de los medios de comunicación y de internet, en particular. Antes estaba la publicidad, y ahora hay que añadir la tecnología”, argumenta en una entrevista con Efe Daniel, a sus casi 90 años, llenos de lucidez.
Con un mirada nostálgica, Jean Daniel (Bilda, Argelia, 1920) recuerda a Camus, al que además le unía su origen, porque ambos eran pieds-noirs, argelinos de origen europeo que salieron de Argelia tras la independencia. Pero el tema de Argel al final les desuniría por un desacuerdo, y es que Camus no creía en una negociación con el Frente de Liberación Nacional argelino porque utilizaba la violencia.
Porque Camus, el gran explorador de la condición humana, que murió en un accidente de coche en 1960, fue un gran pacifista que nunca justificó la violencia.
“Lo que yo he sentido por Camus es muy parecido al amor, y hace poco que lo he dicho y lo repito: durante diez años Camus ha sido el sol y el honor de mi juventud, una expresión que utilizo en España porque adquiere mucho más significado y remite al orgullo castellano de Camus, cuya madre era española, de Menorca, y que él llevaba en la sangre”, asegura este maestro de periodistas, que comenzó su amistad con el escritor un día de 1953.
Fue cuando el Premio Nobel, autor de El extranjero, le llamó a Cariban, la revista que Daniel dirigía, para que publicara un texto de uno de sus amigos. “El día que me llamó fue un día feliz. Fue como una iluminación, porque yo le idealizaba. Él entonces era muy famoso”, recuerda Daniel.