Las casitas bajas de la Barriada España de Cádiz ya son historia. Las grúas demolieron este jueves las útimas tres construcciones que quedaban en pie en este solar de 4.000 metros cuadrados de propiedad privada. Estos tres últimos inmuebles, que estaban ya muy deteriorados, y en los que se llegó a tirar el techo y a vallar al ser ocupados de manera ilegal en distintos periodos, son el último símbolo de la solución “provisional” que el Ayuntamiento de Cádiz dio en su día a los vecinos afectados por la fatídica explosión que se produjo en agosto de 1947 en la Base de Defensas Submarinas, en San Severiano.
Allí fueron realojados los vecinos sin imaginarse ni por asomo entonces que esa provisionalidad se alargaría casi 60 años. No fue hasta 2008 cuando los últimos dos propietarios abandonaron este enclave. “Con esto hoy se pone de manifiesto que las soluciones provisionales en Cádiz duran toda la vida, porque han tardado 60 años”, comentaba ayer un ciudadano, que se crió en un barrio cercano, mientras no perdía detalle de las tareas de demolición.
“Aquí en estos terrenos que se estaban usando como parking han vivido muchas familias, muchísima gente. Se quiso hacer una operación tipo Los Chinchorros, se metió un promotor...hubo muchos vecinos que estuvieron muy pendientes de estos derrumbes para hacer nuevos edificios”, recordaba casi con nostalgia.
Por contra, lo que queda ahora es un solar abandonado, que contrasta con las nuevas edificaciones que se han construido a su alrededor y donde fueron reubicados los vecinos damnificados. ¿Será este el último paso para poder dar salida a estos terrenos? La reurbanización de las casitas bajas, contemplada en el Plan General de Ordenación Urbana del año 95, nunca llegó a buen puerto fundamentalmente por las desavenencias entre vecinos y empresas en un conflicto que acabó en los tribunales. Después vinieron los saqueos. El último capítulo se ha escrito este jueves.
