El líder liberaldemócrata, Nick Clegg, arrancó la jornada con una primera reunión con el equipo negociador del partido, tras la que se dirigió al acto de conmemoración del final en Europa de la Segunda Guerra Mundial, celebrado en el centro de Londres, al que también asistieron Cameron y el líder laborista y todavía primer ministro Gordon Brown.
A su llegada a la sede del partido, el líder liberal aseguró que su grupo encara la negociación con los tories con un “espíritu constructivo”.
No obstante, recordó que se “guiarán” por las “cuatro grandes prioridades” que han regido su programa: reforma del sistema impositivo, reforma educativa, nuevo enfoque en materia económica y reforma del sistema político, la más importante y “fundamental” para Clegg.
El dirigente mantuvo más tarde cuatro horas de sesión con todos los diputados liberaldemócratas. Uno de los diputados asistentes a la reunión, David Laws, se limitó a decir que seguirían las negociaciones con los tories aunque se negó a fijar un plazo temporal, que sería “ficticio” y no “ayudaría” en nada.
Laws dijo que el partido es consciente de las “presiones” existentes para que los políticos tomen una decisión “tan pronto como sea posible” pero remarcó que lo importante, ahora, es adoptar una “decisión que sea correcta a largo plazo”.
Entre las muchas presiones que soportan los partidos destacan las de dirigentes empresariales y de la City –centro financiero de Londres–, que han instado a las tres principales formaciones a anteponer la necesidad de afrontar con urgencia la crisis económica a sus intereses “egoístas”.
Un millar de manifestantes presiona a Clegg para obtener la reforma electoral
Alrededor de un millar de manifestantes se concentró ayer ante la sede de los liberaldemócratas en Londres para presionar a su líder, Nick Clegg, a que no ceda en sus negociaciones con los conservadores sobre el asunto clave de la reforma del sistema electoral.
Activistas con pancartas, que empezaron su marcha en Parliament Square, esperaron al dirigente liberal mientras éste se reunía durante cuatro horas con los diputados de su partido para valorar la posibilidad de llegar a un acuerdo de gobierno con los conservadores de David Cameron.
Apremiado por los manifestantes, Clegg salió a dirigirles unas breves palabras en las que les animó a continuar por ciudades y calles del país su campaña a favor de un sistema electoral más justo pero sin revelar lo tratado en la reunión con sus correligionarios.