El muestreo, a partir de 2.479 encuestas realizadas entre el 6 y el 14 de abril, coincidiendo con el levantamiento del sumario del caso Gürtel, muestra una mejora en el apoyo a los socialistas, que pasan de un 36,2% de respaldo electoral al 38%.
Al mismo tiempo, los “populares” descienden de un 40 al 39,5%, tendencia a la baja que se repite en el resto de partidos, con la única excepción del PNV, que repunta tres décimas.
Izquierda Unida se mantiene como tercera fuerza política con una estimación de voto del 5,8% (tres décimas menos que en enero), seguida de CiU, que pasa del 3,7 al 3,6, y de UPyD, que baja 1,1 puntos hasta colocarse en el 3,3%.
Después figura el PNV (1,3%), ERC (1%), BNG (0,7%), Coalición Canaria (0,6%) y Na Bai (0,2%), con un voto en blanco calculado en el 2,5%.
Todo ello en un contexto en el que los ciudadanos “castigan” a los líderes políticos de forma generalizada, hasta el punto de que a la hora de ponerles nota no aprueba ninguno.
El varapalo tiene como consecuencia que el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, se haya convertido por vez primera en el político más valorado, con un 3,74 de nota, una centésima más que la obtenida hace tres meses.
Detrás de él empatan a 3,71 puntos el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la diputada de UPyD Rosa Díez, que abandona así el primer puesto.
Baja a niveles mínimos el jefe del Ejecutivo, tradicionalmente el político más valorado, y también el líder de la oposición, Mariano Rajoy, en quinto lugar con un 3,09.
Una nota que consiguen superar todos los ministros del Gobierno, salvo la de Cultura, Ángeles González Sinde, la peor valorada con 2,89 puntos; ninguno de los miembros del Gabinete consigue aprobar.
El más considerado es el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba (4,67), seguido por la responsable de Defensa, Carme Chacón (4,46), y por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega (4,22).
El desgaste se extiende a la gestión gubernamental, ya que es evaluada como “mala” o “muy mala” por más de la mitad de los españoles, el 52,9%, 6,8 puntos de aumento sobre enero.
Tampoco sale bien parado el PP, cuya tarea es tachada de “mala” o “muy mala” por el 59,6%, resultado que empeora en 7,7 puntos su anterior dato.
Ninguno de los líderes de los dos principales partidos ha mejorado su nivel de confianza entre los ciudadanos, que sigue cayendo, aunque Zapatero obtenga mejores resultados que Rajoy.
Sólo el 14,9% dice que el líder del PP les inspira “mucha” o “bastante” confianza; este porcentaje sube hasta el 22,4% en el caso del presidente. Al tiempo, son más los que desconfían de ambos, porque ya suman el 75% los que dicen que Zapatero les suscita “poca” o “ninguna” confianza y el 82% los que piensan así de Rajoy.
Confirma la crítica de los encuestados hacia la política el hecho de que el 63,4% diga que la situación política es “mala” o “muy mala”, 2,1 puntos más que en el mes anterior, y con tendencia a que empeore dentro de un año, a juicio del 23,8%.
Todo ello eleva hasta el 19,4% el número de ciudadanos que consideran la clase política y los partidos como un problema, sin olvidar que el mayor de todos sigue siendo el paro, citado como tal por el 79,7%, 3,2 puntos menos que hace un mes.
En segundo término, los ciudadanos mencionan los problemas de tipo económico (46,8%), si bien al calificar la situación económica se han reducido en 3,6 puntos los pesimistas, y han aumentado en nueve décimas quienes miran al futuro con más esperanza.