China afirmó en un nuevo documento de posición que apoyará "la reconstrucción afgana" y el "desarrollo político" del país y que hará más esfuerzos para promover la cooperación bilateral en comercio e inversión.
Pekín busca también que Kabul se integre en el proyecto chino de las Nuevas Rutas de la Seda para hacer que Afganistán pase de ser "un país sin salida al mar a uno vinculado por tierra", según el documento, divulgado por el Ministerio chino de Exteriores.
"Desde la retirada de las tropas estadounidenses y la toma del poder por parte de los talibanes en 2021, China ha estado ayudando activamente a Afganistán. Esto incluye la prestación de asistencia humanitaria o la participación en consultas para promover una solución política al problema afgano", indica el texto.
Pekín asegura que "no se entrometerá en los asuntos internos afganos" y que "respeta la independencia, la soberanía y la integridad territorial afgana", pero muestra su apoyo a un gobierno "moderado y prudente" en Afganistán.
"Esperamos que el país pueda construir una estructura política abierta e inclusiva", dice el texto, que también pide "intercambios amistosos con todos los países, especialmente los vecinos".
"Esperamos que el gobierno interino talibán pueda proteger los derechos básicos y los intereses de todos los afganos, incluyendo las mujeres, niños y grupos étnicos", agrega.
También pide al país que apoye la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo "con determinación".
Asimismo, el documento menciona a Washington, a quien insta a "cumplir con sus promesas y responsabilidades": "EE. UU. debe aprender una lección con lo que pasó en Afganistán. Debe ayudar a aliviar la situación humanitaria y los desafíos que encara el país y levantar las sanciones que impuso", indica.
El documento chino también pide buscar soluciones para la crisis de refugiados afganos y en la lucha del país contra los narcóticos.
Según expertos chinos citados por el periódico China Daily, la postura china consiste en pedir a la comunidad internacional que preste "atención" y "aumente la asistencia al país, ya que todavía se encuentra en una situación difícil, para que regrese el orden".
Afganistán se encuentra sumido en una crisis económica agudizada por la captura del poder de los talibanes en agosto de 2021, que llevó a la congelación de los fondos para la reconstrucción del país.
Desde la llegada al poder de los talibanes, Afganistán sufrió un retroceso generalizado en materia de derechos humanos, marcado por un goteo continuo de restricciones contra las mujeres y la intimidación sistemática contra activistas y periodistas.
