El guitarrista algecireño lo hace con “una gran responsabilidad”, conocedor de la gran afición flamenca existente en la localidad, y de la gran cantidad de guitarristas que acudirán para escudriñar cada uno de sus compases.
La actuación tendrá lugar en la plaza de toros, y contará con precios de entrada anticipada de 30 euros para los tendidos y de 50 euros para las sillas que se instalarán a pie del coso, frente al escenario.
La expectación que ha generado la noticia de la llegada del genio de la guitarra a la ciudad jerezana ha sido inmediata, y muchos aficionados ya se frotan las manos con la idea de escuchar por primer vez en Jerez algunos de los momentos musicales más importantes de las últimas décadas del flamenco.
Paco de Lucía acudirá acompañado de su grupo habitual, en el cual, en los últimos conciertos, hay una sorprendente novedad, como es el acompañamiento como segunda guitarra de su sobrino, Antonio Sánchez.
Hasta ahora, el escudero del algecireño en sus giras había sido el no menos magistral tocaor Niño Josele, quien le había acompañado en los últimos años por todos los rincones del planeta. Ahora es su sobrino quien le sirve de esqueleto para sus diabluras en la guitarra, aunque a Paco de Lucía le gusta no mencionar el parentesco para no restarle mérito al joven artista.
No es la primera vez que se hace acompañar de un familiar, ya que también fue su sobrino José María Bandera su escudero durante muchos años, amén de su hermano Ramón de Algeciras, que fuera referente en su niñez, y su principal acompañante en sus inicios como instrumentista.
El resto del grupo lo componen sus músicos habituales, entre los que se encuentra el bajista Alain Pérez, el percusionista Piraña o la armónica de Antonio Serrano, con el que ha conseguido introducir un instrumento nuevo a su sonido flamenco, al igual que hiciera años atrás con el cajón peruano.
Al baile le sigue otro habitual en sus últimas apariciones a escena, El Farru, hermano de Farruquito, mientras que en el cante le acompañará en Jerez el cantaor barcelonés Duquende.
La actuación, que se enmarca dentro de la maratoniana gira que está llevando al algecireño a un incansable periplo por distintos lugares de España y Europa, se basará en el modelo fijo al que el guitarrista tiene acostumbrados a sus seguidores en sus actuaciones.
Su aparición será en solitario, con la sobriedad y la introspección que le caracteriza, guitarra en mano y camisa blanca y chaleco negro como indumentaria. La rondeño Mi niño Curro, en homenaje a su hijo, es el emblema con el que el algecireño da inicio a sus conciertos.
A partir de ahí, sus músicos entran en escena, y la mezcla, el ritmo y la explosividad de sus composiciones más sublimes van sucediéndose para el éxtasis de los aficionados, sin que faltan referencias míticas como Almoraima o Ziryab por bulerías; La Barrosa por alegrías o el tradicional cierre por rumbas con Entre dos aguas.
Jerez entera espera ya la llegada de uno de los genios del flamenco, en una actuación que pasará a la historia.