Según informaron fuentes del instituto armado, desde marzo se produjo un aumento en el tránsito de balsas hinchables de las que habitualmente se suelen utilizar como juego en las playas.
Estas balsas están ocupadas por un promedio de entre cuatro y siete inmigrantes subsaharianos, los cuáles suelen abonar unos 150 euros en Marruecos para adquirir esta embarcación, con la que se hacen a la mar.
Desde marzo ya han sido interceptados en el Estrecho más de cien inmigrantes subsaharianos a bordo de este tipo de embarcaciones, cuyo principal peligro estriba en la fragilidad de las mismas.
Los agentes de la Guardia Civil han afirmado que el número de balsas ha aumentado pero no el de inmigrantes, teniendo en cuenta que en los últimos años estas travesías ilegales se realizaban en pateras o zodiac donde el número de ocupantes solía superar la veintena en cada viaje.
Las dos últimas operaciones se produjeron esta semana cuando en la costa de Algeciras fue interceptada una embarcación con seis inmigrantes y un día después se localizó cerca de Ceuta otra balsa con seis subsaharianos.
La Guardia Civil argumentó que los inmigrantes suelen hacerse a la mar sin tener nociones de navegación, por lo que muchas veces se suelen ver sorprendidos por los cambios de corriente en el área del Estrecho, al confluir dos mares.
En varias de las intervenciones de las realizadas este año consiguieron actuar antes de que la balsa playera zozobrara.