El nuevo satélite formará parte de una red que estará compuesta en el futuro por 35 satélites que permitirán a China ofrecer un servicio de navegación y posicionamiento global a los usuarios de todo el mundo.
El primer satélite de navegación Beidou entró en órbita el 20 de octubre de 2000, en un esfuerzo de China por construir su propio sistema de posicionamiento, independiente del estadounidense, el auropeo o el ruso.