Ahora que hay menos turistas se me antoja recordar
cuestiones muy importantes para la vida social.
Hago constar en mi mensaje que desde que me instalaron,
he transformado el entorno y los olores propago.
Pero digo en mi defensa, sin que sirva de disculpa,
que del tema de la barra no tengo ninguna culpa.
Eso paso hace unos años cuando limpiaran el puerto
y tiraran frente a mí arena piedra y deshechos.
Que a la postre crearía con el viento y las mareas
un cementerio de escombro y piedras ostioneras.
Aquí los listos de turnos se pasaron de la raya
porque con las pleamares se han comido media playa.
La arena ha cegado el río advirtiendo su amenaza
pero por lo visto aquí del río todo el mundo pasa.
Ya no recuerdan los años de progreso y abundancia
de: sardina, boquerones, y atunes para la Chanca.
¡Cuántas cosas en mi alegato os podría recordar!.
Si por perder habéis perdido vuestra propia identidad.
Y aquí no solo es la culpa de políticos fulleros,
industriales, o armadores. ¡La culpa es del pueblo entero!.
Por no tener no tenéis ni suelo para viviendas,
tradiciones, edificios. ¡Ya ni los barcos de pesca!.
Pero no martirizaros con versiones indiscretas
olvidaros de preguntas porque no tenéis respuestas.
¡Yo soy la depuradora criticada y pestilente
la que limpia vuestra mierda y propaga vuestra peste!.
Ya sé que todos me odiáis por razones y argumentos,
y porque pagáis el agua sin reglas ni presupuestos.
El tema del colector para verter mis desechos:
quizás espanta a los atunes que pasan para el estrecho.
¡Qué iluso soy barbateños!, ¿A qué no pensaron esto?
Con esa espumita blanca que navega por el río
contamino las almejas, lenguados y langostinos.
Ahora han llegado al río los nuevos depredadores,
grandes cangrejos azules que son los dueños y señores:
comen lisas y lenguado, coquinas y camarones,
no me extraña que se traguen las compresas y mojones.
Son los que ahora representan, para que nadie lo dude,
aquella Playa del Carmen con las banderas azules.
Pero por los que yo largo y mi apestosa leyenda,
en vez de bandera azul le ponen bandera negra. “ Y de blasón una mierda”.
Viendo el estado del río no es para tirar cohetes
solo lisas mojoneras y “bocas de barriletes”.
También madera podrida de los pecios carcomidos
y una vista decadente de edificios derruidos.
Y los alcaldes franquistas o los alcaldes votados,
cuándo hablaban de este río miraban para otro lado.
Ninguno fueron capaces de apostar un solo duro,
y el río se muere de pena sin proyecto ni futuro.
Además de los mosquitos, nitratos y pesticidas,
los sembrados de la Janda siembra muerte y contaminan.
Y si queréis saber más preguntar a los ciclistas,
porque un colector en Vejer se está meando de risa.
Ahora dicen que es Bujá donde me van a poner,
ojalá que tengáis suerte y algunos lo podáis ver.
Yo soy la depuradora y me tendréis que aguantar
“mientras que todos ustedes tengan ganas de cagar”.
Me da igual que sea verano, primavera, invierno, otoño,
me río de los barbateños porque me sale del coño.