El tiempo en: Huelva

Ronda

“En el Alzheimer es muy importante dejarse guiar por profesionales y asociaciones”

Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, la neuróloga Ángela Ollero habla sobre diversos aspectos de la enfermedad

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
  • La neuróloga del Hospital de la Serranía, Ángela Ollero. -

La neuróloga Ángela Ollero desarrolla su labor profesional como miembro del Servicio de Medicina Interna del Hospital de la Serranía de Ronda, donde atiende a personas que presentan diversas patologías neurológicas.

Nacida en Sevilla, cursó sus estudios de Medicina en la capital hispalense y la residencia de Neurología en Badajoz, para desembarcar hace diez años en Ronda, integrada en este equipo profesional del hospital comarcal.

Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, el 21 de septiembre, habla sobre una enfermedad que está muy presente en la sociedad.  


Desde que llegó a Ronda mantiene una estrecha vinculación con la Asociación Rondeña de Alzheimer, AROAL.

–Desde que empecé aquí a trabajar conocí a los miembros de AROAL, una asociación muy proactiva que hace muchas actividades por y para los familiares y los propios pacientes, y desde el principio ha habido mucho ‘feeling’ y mucha comunicación. Colaboro con ellos en mayor o menor medida según la disponibilidad que tengo, pero la verdad es que son un equipo con el que se trabaja muy fácilmente.  

El próximo 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzheimer, ¿qué tenemos que saber de esta enfermedad?

–La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad muy prevalente, por desgracia, y que al final a todos nos toca de alguna manera. Casi todos hemos conocido a alguna persona que la ha sufrido. Es una enfermedad que está ligada a la edad y hoy por hoy es un proceso neurodegenerativo, progresivo e irreversible. Puedes prevenir el momento de aparición, puedes conseguir que la percepción de los síntomas, lo que la persona siente, lo que va padeciendo aparezca lo más tarde posible. Pero no sabemos todavía cien por cien por qué ocurre, y qué es lo que ocurre. Sí que conocemos cada vez más qué está pasando en ese cerebro, sabemos que hay un proceso que lo va deteriorando, pero no es el único motivo. También hay otras causas. Es una enfermedad que tiene tanto una predisposición genética como una base ambiental, es decir, que influyen las dos cosas. Con esa base ambiental lo que quiero decir es que hay una serie de cosas que pueden influir en que esa enfermedad aparezca antes, se desarrolle antes y lo podamos visualizar desde fuera antes, como por ejemplo, el consumo de tóxicos (alcohol, tabaco y otras drogas), la mala alimentación, el mal control de los factores de riesgo vascular, la falta de ejercicio físico, y es muy importante una buena reserva cognitiva.

¿Cómo se consigue?

–Una reserva cognitiva es cómo nuestro cerebro se enfrenta a ese envejecimiento, es decir, que ese cerebro desde la niñez, la juventud y la edad adulta haya estado estimulado en todas sus áreas cognitivas para que llegue fuerte al envejecimiento o al riesgo de sufrir esa enfermedad, al deterioro que produce. Muchas veces lo comparo con un músculo, no es lo mismo llegar fuerte, activo, habiendo hecho ejercicio físico que llegar a la vejez con sedentarismo, pues con el cerebro es exactamente lo mismo. Es importante la gimnasia cerebral. El trabajo es un estímulo a veces, pero algunos son más físicos que mentales, y cuando uno se va a jubilar hay que enfilar esa jubilación no sólo manteniéndose físicamente activo sino mentalmente activo. Es bueno aprender idiomas, hacer actividades de tipo artístico, crucigramas, ir a clases de memoria, estudiar historia, leer debería ser obligatorio para enfilar el envejecimiento.

¿Cómo afectan a la enfermedad factores como la depresión o la soledad?

–Los aspectos psicosociales también son muy importantes. Desde un punto de vista psicológico el estado de ánimo puede afectar a áreas cognitivas como la atención o la concentración. Si estás gestando una enfermedad de Alzheimer, si tienes peor estado de ánimo, vas a estar más inatento, más desconcentrado, ese estado de ánimo bajo puede que influya en tu calidad del sueño, puede que sean necesarios psicofármacos como antidepresivos o ansiolíticos que pueden influir en tus capacidades cognitivas. Al principio, cuando empieza el deterioro cognitivo, pero uno todavía no sabe si eso realmente es Alzheimer y va a evolucionar a una enfermedad de este tipo, coexiste la depresión hasta en un cincuenta por ciento de los casos, porque es difícil discriminar si es una depresión como síntoma de una demencia de tipo Alzheimer que está empezando o es una depresión que está generando un problema cognitivo. Es importante cuando coexisten tratar esa depresión, porque si mejora el estado de ánimo, la atención y el deterioro cognitivo es bastante probable que no sea Alzheimer. Cuando un paciente empieza con problemas cognitivos es muy importante descartar las causas secundarias. No todos los deterioros cognitivos en unos estadios iniciales y leves van a acabar siendo una demencia, porque no evolucionan a más, o incluso mejoran y se resuelven porque encontramos esa causa que lo estaba provocando. No todo el que tiene despistes de memoria, cambios de humor, problemas a la hora de encontrar un nombre o una palabra, que son los signos de alarma, va a acabar en enfermedad de Alzheimer, no nos alarmemos, hay que verlos evolucionar. Es verdad que esto a veces es un problema, porque es una enfermedad que cuanto antes la diagnostiquemos mejor. Aunque no tiene un tratamiento curativo ni frenador de la enfermedad, sí tiene tratamientos que son enlentecedores de su evolución y sí hay medidas para intentar enlentecer la aparición de los síntomas, como por ejemplo tratamientos no farmacológicos, un mejor control de los factores de riesgo vasculares, una mejor alimentación o una estimulación cognitiva dirigida por profesionales.

¿Qué supone para el paciente detectar la enfermedad en estadios iniciales?

–Si uno tiene conciencia de que tiene la enfermedad en estadios iniciales, que uno está bien y conserva su capacidad de decisión y todavía tiene conciencia de la realidad, si ya te advierten y te dicen cómo vas a evolucionar y que tienes esta enfermedad y que vas a acabar perdiendo esas capacidades, te están regalando la oportunidad de poder decidir qué quieres hacer con tu vida en un futuro. Si te diagnostican esta enfermedad cuando ya no tienes conciencia o cuando ya casi estás perdiendo tus capacidades de autonomía, es más complicado poder dejar dicho y transmitido a tus cuidadores qué es lo que tú quieres que ocurra con tu persona, o cómo quieres que se desarrolle esa enfermedad en el futuro y hasta dónde quieres llegar con esa enfermedad. Por eso la importancia de detectarla a tiempo. Es lo que llamamos el Documento de Voluntades Vitales Anticipadas, un documento legal muy importante, donde una persona deja por escrito sus deseos en temas de salud el día que no tenga capacidad para opinar o para transmitirlo por sí misma. Esto hoy en día está empezando a ser posible gracias a que tenemos los biomarcadores en la enfermedad de Alzheimer, pero estos biomarcadores no son accesibles a toda la población, para hacerlos además hay que utilizar técnicas invasivas, pero es verdad que cada vez vamos teniendo más recursos para hacer un diagnóstico precoz que el día de mañana, si conseguimos encontrar un tratamiento eficaz que frene o cure la enfermedad, que es lo que todo el mundo está esperando, podamos aplicarlo lo más precozmente.

¿Cómo debemos actuar ante la enfermedad de Alzheimer?

–Creo que es una enfermedad que está muy estigmatizada y tendemos a ocultarla, a no querer incluso que el paciente sepa el diagnóstico, el pacto de silencio. Cuando el paciente está en un estadio inicial que es consciente, es muy importante que lo sepa, y esta estigmatización y esta tendencia a ocultar la enfermedad es lo que muchas veces provoca un gran error que es quitar la autonomía del paciente. Genera un efecto de sobreprotección por parte de los cuidadores, la familia generalmente, a veces también en los ámbitos laborales, en los que escuchas enfermedad de Alzheimer y aunque sea en un estadio precoz piensas que esa persona no va a ser capaz de valerse por sí misma, de ser autónoma y de desarrollar incluso su trabajo. Hay que tener mucho cuidado con eso, porque podemos quitarle la autonomía y la capacidad a una persona antes de que realmente la haya perdido.

¿Cuál es el papel de familiares y cuidadores de personas enfermas de Alzheimer?

–Es muy importante dejarse guiar por los profesionales, y aquí es muy importante el papel de las asociaciones, porque aparte de informar, apoyar y asesorar a los cuidadores también hacen valoraciones de esta capacidad y de esta autonomía que tienen los pacientes. Hay que dejarse apoyar por ellos. Al principio, cuando no han perdido la autonomía y la capacidad, creo que sobreprotegemos porque podemos quitar una autonomía que todavía se conserva. Cuando el paciente ya ha perdido esa capacidad de valerse por sí mismo y empieza a cometer errores que pueden ser un riesgo para su salud o para su seguridad, ahí es cuando la familia tiene que ser consciente de la ayuda que necesita. En esta enfermedad no hay conciencia de la enfermedad, es decir, el paciente no es consciente de los errores que comete y de las limitaciones que tiene, esto genera mucho enfrentamiento porque los pacientes cometen errores y las familias intentan que lo visualicen y eso no es posible muchas veces. Lo que yo aconsejo es confiar en los estadios iniciales para no quitar la autonomía precozmente e intentar evitar el enfrentamiento cuando esa autonomía ya se está perdiendo y empieza a haber trastornos de conducta porque el paciente no es consciente de los errores que comete. Evitar el enfrentamiento e ir adaptándose a las circunstancias, y buscar el apoyo en profesionales y asociaciones.

¿Cómo ve el futuro?

–Creo que ahora mismo estamos en un punto muy esperanzador porque hay muchas líneas de investigación abiertas. Hay dos líneas de investigación, por un lado los tratamientos terapéuticos para frenar la enfermedad, y por otro lado las pruebas diagnósticas para conseguir un diagnóstico precoz certero, que sea seguro cien por cien, que nos asegure que ese paciente tiene una enfermedad de Alzheimer para primero atacar todos esos problemas y para que el día de mañana cuando tengamos tratamiento estemos preparados para poder aplicarlos precozmente con certeza. Es una de las enfermedades de las que más se está investigando en el mundo, y todos esperamos que algún día algo aparezca, pero es muy frustrante también, porque va lento, y va lento porque la investigación es muy cara. Desde aquí animo a apoyar a la investigación en todas sus formas. Por ahí va el camino, investigar, investigar e investigar. 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN