En respuesta a un cuestionario remitido por Efe, Martínez Sistach destacó que el viaje del Pontífice a Barcelona tendrá una dimensión espiritual y otra ciudadana, ya que “para los cristianos la presencia del Santo Padre es muy importante”.
Además, considera que esta visita también es relevante para el resto de ciudadanos porque “el papa realiza un servicio de defensa de la dignidad de la persona humana y de la paz en el mundo”.
En el aspecto espiritual, destacó el “fenómeno de secularización que vive todo el occidente europeo” y que convierte en “urgente” la “tarea de evangelización para anunciar a Jesucristo y su evangelio”.
En este cometido, la vista de Benedicto XVI puede ser, a su juicio, de gran utilidad, ya que -afirmó- “también en medio de la secularización los hombres y mujeres piensan, reflexionan y buscan sentido a la vida. El ser humano ha sido creado por Dios, que es eterno, y tiene dimensión de trascendencia y eternidad”.
“El sentimiento religioso está vivo. Basta pensar en las muchas manifestaciones de religiosidad popular y en la presencia de muchas religiones en nuestro país debido a la creciente inmigración”, ha añadido el arzobispo.
La pluralidad religiosa no debe hacer olvidar a los catalanes “las raíces cristianas de nuestro pueblo y la riqueza cristiana que configura nuestra historia y nuestra cultura”, según el cardenal.
Otro aspecto de la sociedad actual que preocupa a la iglesia católica es “la inestabilidad de muchos
matrimonios, las separaciones y los divorcios”.
Es una de las razones por las que Joseph Ratzinger ha decidido presidir la dedicación a Dios de la Sagrada Familia.