Fuentes en la ciudad señalaron que se ha desplazado hasta El Aaiún una delegación del Ministerio del Interior encabezada por su titular, Taib Cherkaui, aunque este viaje no ha sido confirmado oficialmente por Rabat.
El presidente de la Asociación Sahara Marroquí (ASM), Reda Taujni, apuntó que desde que el lunes se desencadenó la ola de violencia tras el desmantelamiento de Gdaim Izik, a las afueras de la capital del Sahara Occidental, "163 personas se encuentran en detención provisional y bajo investigación de la Policía Judicial".
"La mayoría son saharauis pero hay también una minoría de ciudadanos pro marroquíes, que han sido identificados con las cámaras de vídeo de los locales que fueron saqueados y atacados, o mediante huellas dactilares", apuntó Taujni.
Fuentes españolas que residen en la ciudad indicaron a EFE que el "wali" (gobernador civil) de la región convocó a los jefes tribales para que se encargaran de transmitir que la gente se abstenga de salir de sus casas en la medida de lo posible.
Según estas fuentes, que pidieron no ser identificadas, esta medida se ha tomado para evitar nuevos disturbios y que la gente se acerque a las comisarías para preguntar por supuestos desaparecidos y detenidos.
Mientras, activistas saharauis pro autodeterminación indicaron que se ha emitido una orden de busca y captura contra los ocho miembros del comité de coordinación del campamento de Gdaim Izik, dos de los cuales podrían haber sido ya detenidos por sus antecedentes judiciales.
A juicio de Taujni, los escasos altercados registrados este miércoles se han dado en el momento en el que los agentes procedían a detener en sus casas a los supuestos culpables de los disturbios y se encontraban con resistencia por parte de la población local, pero que se puede considerar que la ciudad en su conjunto vive una "calma total".
Fuentes de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en El Aaiún, en cambio, denuncian que en los últimos días, incluido este miércoles, se están cometiendo "graves violaciones de los derechos humanos por parte de la policía hacia ciudadanos saharauis", con "saqueos, entradas casa por casa y muchos arrestos".
La ciudad, según esas fuentes, está tomada por policías y militares que han rodeado los barrios e impedido la circulación, lo que hace difícil calcular "el gran número de gente que estaba en el campamento y que todavía no ha vuelto a sus casas desde su desalojo, por lo que se encuentra en paradero desconocido".
Una vez más, las versiones contradictorias se suceden sin posibilidad de ser contrastadas, ya que por cuarto día en las últimas dos semanas Marruecos impidió el acceso a El Aaiún a la mayoría de los periodistas internacionales que intentaron dirigirse a la ciudad.
La aerolínea de bandera marroquí Royal Air Maroc dejó de nuevo en tierra a las corresponsales acreditadas en Rabat de los diarios El Mundo y El Periódico, de la radio COPE y la corresponsal francesa de Radio France Internacional (RFI), y solo permitió embarcar a la enviada especial del diario galo Le Monde.
El balance gubernamental señala que durante la intervención de las fuerzas del orden marroquíes en el campamento y los posteriores disturbios en El Aaiún murieron diez efectivos de seguridad y un solo civil saharaui.
Esta versión mantiene además que la operación se inició para "liberar a los chiujs (notables saharauis), mujeres y niños de un grupo de individuos con antecedentes penales" que se habían apoderado del campamento, y que reaccionaron con violencia cuando las fuerzas del orden "intentaron detenerlos pacíficamente".