Fuentes del Ministerio del Interior han explicado a EFE que en el marco de esta “ofensiva” se han dado instrucciones precisas a todas las unidades policiales con competencias en la materia para que extremen la vigilancia y control de las chatarrerías y fundiciones donde se procesa el metal robado, que después se exporta a países como China.
El dispositivo contempla además acuerdos de colaboración con las principales empresas afectadas.