Así lo manifiestó Rojo en una entrevista en Vanity Fair que ayer hizo pública esta revista y en la que reconoce la “capacidad de liderazgo” y la “inteligencia” de Otegi, aunque el presidente de la Cámara Alta es como “Santo Tomás”, que necesita “ver para creer”.
“Se tiene que soltar las cadenas, los grilletes. El vacío que le harán será muy fuerte y también la presión a su familia, pero tiene que plantarse. Esto es como los yonquis, que les cuesta salir de la heroína. Y no cura con aspirinas, pero tampoco diciéndole a tu mamá que vas a ser bueno”.