Los enviados especiales de El Mundo y El País, Ana Romero y Tomás Bárbulo, respectivamente, que viajaron este sábado juntos a la capital administrativa del Sahara Occidental, han publicado sus primeras informaciones en las que destacan el temor de los saharauis a salir de sus casas y a hablar con ellos ante posibles represalias.
De acuerdo con la crónica de Ana Romero, cualquier ciudadano saharaui que sea visto hablando con los periodistas es interrogado inmediatamente por la policía marroquí.
Además, según las fuentes locales que cita, los saharauis se sienten "completamente abandonados por el mundo" y creen que a Marruecos se le permite actuar con total impunidad, "ejerciendo el terror por el terror".
De igual forma, el periodista de El País afirma que varias personas le han dicho que la policía continúa irrumpiendo en domicilios particulares en busca de los jóvenes que participaron en los disturbios, que se desencadenaron el pasado 8 de noviembre cuando Marruecos inició el desmantelamiento del campamento de Gdaim Izik, conocido como campamento Dignidad.
Señala que todos los entrevistados hablan de decenas de muertos pero ninguno los ha visto personalmente.
La decisión de Marruecos de otorgar un permiso para entrar en El Aaiún sólo a estos dos periódicos ha provocado las críticas de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (Fape) y de las fuerzas políticas.