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Lunes 01/07/2024  

Torremolinos

Imperio Argentina: los cien años de una estrella

El domingo 26 de diciembre se cumplieron cien años del nacimiento de Imperio Argentina, un mito que cumplirá muchos más, pues como dijo de ella el gran poeta Juan de Loxa ?es una página de la historia de España con mucha luz?, y la luz, a veces, nunca se apaga.

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  • Escultura homenaje a Imperio Argentina en el Cementerio Internacional de Benalmádena. -
El pasado domingo, día 26 de diciembre, se cumplieron cien años del nacimiento de Magdalena Nile del Río, conocida y amada en todo el mundo como Imperio Argentina. La mujer, Malena, vivió 92 años. El mito ha cumplido cien y sin duda cumplirá muchos más.

Malena, una mujer con raíces
Pleno verano y plena Feria de Málaga, pero el viernes 22 de agosto de 2003 se convertiría en un día triste en Torremolinos y, por supuesto,en el mundo entero.
Magdalena Nile del Río, más conocida como Imperio Argentina, fallecía en un sencillo piso de gente trabajadora de la urbanización Los Palacios, donde vivía desde principios de año con su nieta Teresa.
La prensa nacional se hizo eco rápidamente de este lamentable hecho y se publicaron muchas conjeturas. Escribieron que había muerto cantando "Échale guindas al pavo", que residía en Benalmádena y que murió en su casa de esta localidad. No me consta que fuese así, según me comentó muy afectada su nieta Teresa a la mañana siguiente "yo no sé lo que pasó, estaba en la ducha y cuando salí la encontré caída en el suelo". En el suelo del piso de Torremolinos donde residía desde que salió de un hospital malagueño, tras su último ingreso causado por una angina de pecho, en el mes de enero del mismo año.
Fue en ese momento cuando su nieta Teresa la acogió entre ellos y cuando tuve la oportunidad y el honor de conocerla, y compartir con ella algunos buenos ratos que se han convertido en un importante recuerdo para mi. Imperio Argentina era un mito, una estrella, pero Malena era una mujer abierta y asequible a cualquiera que se acercase a ella, y poseía esa extraña virtud, mezcla de orgullo y humildad, que solo adorna a las personas que han transitado todos los caminos claroscuros de la vida para llegar, al fin, a lo más alto, pero que jamás olvidan sus raíces.

Adorada por grandes hombres
Magdalena Nile del Río nació, no sé sabe con certeza pero eso bien poco importa ya que siempre tuvo un espíritu joven, el 26 de diciembre de 1906 o 1910 en Buenos Aires, Argentina, hija de padre gibraltareño y madre malagueña, por lo que disfrutaba de la doble nacionalidad hispano-argentina.
De sus progenitores, actriz ella y guitarrista él, heredó unas raíces artísticas que comenzaría a desarrollar siendo aun muy niña, pero fue en 1926, cuando el Premio Nobel Jacinto Benavente la bautizó con su definitivo nombre artístico, que nacería el mito Imperio Argentina.
Cantante, actriz y bailarina de personal estilo, Imperio Argentina era sobre todo una mujer con un tremendo carisma al que no pudo resistirse prácticamente nadie, desde el pueblo más llano a los más grandes hombres y mujeres de varias generaciones. Más que su belleza, que sin duda la tenía y de forma espectacular, fue su irresistible atractivo el que hizo que grandes personajes históricos como Juan Ramón Jiménez, Jacinto Benavente, Adolf Hitler, Marlene Dietrich, Goebbels o Carlos Gardel, por poner sólo algunos ejemplos, se rindiesen ante ella y su fuerte personalidad.
Mujer de gran vitalidad, inteligente, sensible y con un peculiar sentido del humor, vivió una intensa vida donde, por desgracia, no estuvo ausente la tragedia. Vivió como quiso, con una libertad impropia y muy adelantada para su época como le comenté admirada en alguna ocasión, y a lo que respondió con su gran sentido del humor "niña, todavía sigo siendo una mujer muy adelantada para cualquier época". Así era, jamás dio explicaciones a nadie, jamás pidió permiso para vivir como lo hizo y, a pesar de todo, jamás dio un escándalo ni comerció con su vida, por lo que se hizo querer y respetar como nadie.
Casada en dos ocasiones, con Florián Rey, su pigmalión, y con el Conde de Cabezuelas, tuvo dos hijos, Florián, que moriría en dolorosas circunstancias siendo muy joven, y Alejandra que también fallecería de forma triste años más tarde pero siempre demasiado pronto, pues como declaró Malena en alguna ocasión, "he pasado lo peor que le puede pasar a una madre, tener que enterrar a sus hijos". También perdió al que, según confiesa la artista en sus memorias, fue el gran amor de su vida, Rafael Rivelles, y sólo la prematura muerte de él pudo acabar con esa gran pasión.
Pero la vida sigue y la irrepetible Imperio Argentina tenía en su trabajo y en su público, que la adoraba, el motor y la fuerza para seguir adelante, y eso hizo, seguir adelante.

Su trabajo, su fuerza
Ella siempre afirmó "si no trabajo, me muero", y me consta que, hasta el último momento, hizo planes para volver a los escenarios, planes que no pudieron concretarse por el delicado estado de salud propio de su avanzada edad. Malena no estaba enferma pero tenía 92, confesados, años y el corazón ya no le respondía siempre como ella hubiese querido. De cualquier forma, murió como había vivido, al pie del cañón.
En cada ocasión que estuve a su lado, incluso la última hace apenas 2 meses, pude verla bailar y cantar, con una alegría y una voz increíbles a pesar de su edad. Malena siempre ofreció lo mejor a su público y eso hacía en todas las ocasiones, aunque el público no fuésemos más que cuatro contados amigos. Ella era así, esa fue su misión en la vida, repartir belleza, cariño, música, risas y arte, y fue lo que hizo hasta su aliento final.
Aliento final que tuvo que llegar porque aunque el mito de Imperio Argentina no morirá jamás, Malena era una mujer que disfrutó de una larga vida y a la que su cuerpo de mujer ya le pedía descanso. Y, conociéndola un poco, sospecho que se fue a descansar como siempre, como le dio la gana, cuando quiso y como quiso. Sin hacer ruido, sin grandes escándalos, de forma elegante, como ella misma era.

El último adiós a Imperio
Los diferencias entre sus familiares, la poca o ninguna representación oficial de la política y de la cultura y la casi inexistente representación de sus compañeras y compañeros de profesión, marcaron el último adiós de Imperio Argentina.
Nadie del Ministerio de Cultura ni de la Junta de Andalucía -aunque la Consejería de Cultura mandara al menos una corona-, nadie de la Academia del Cine ni del Ayuntamiento de Málaga -pese a que Imperio fue abanderada de la Feria de Málaga y murió en plena Feria- , nadie de la Embajada Argentina.
Lo cierto es que solo los alcaldes de Benalmádena y Torremolinos estuvieron a la altura. Enrique Bolín, entonces alcalde de Benalmádena, destacó en la esquela de su Ayuntamiento, cuando ni siquiera la prensa lo hacía, que Imperio Argentina falleció en Torremolinos, e hizo lo que pudo por dar una despedida digna a la artista.
Por su parte, el alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, acompañado por Encarnación Navarro, concejala de Educación, Cultura y Fiestas y otros miembros de su equipo de Gobierno, dieron una lección de humanidad y elegancia, al asistir, sin ningún protocolo y como unos admiradores más, al entierro de esta gran mujer, que a pesar de vivir en Torremolinos no era residente oficial ni poseía ninguna propiedad en este municipio.
A la altura también estuvieron sus incondicionales amigos y su incondicional público. En definitiva, la gente que a ella le importaba no le falló, y eso es lo que cuenta. Sus admiradores llegaron de todas partes expresamente para despedirla.
Y allí estuvieron también su querido y ya desaparecido Pepe Marchena, del que Malena decía " Pepe es un hijo para mí", el bailaor Eusebio Valderrama lloroso e indignado por la ausencia de esas que "le deben gran parte de lo que son a Imperio Argentina y mira donde están ahora", un enfadado Enrique del Pozo porque "Malena no tiene el entierro que merece", una triste Carmen Sevilla, a la que no dejaron ver el rostro de su querida amiga por última vez, lo que ocasionó gran tensión en la capilla ardiente instalada en la Casa de la Cultura de Benalmádena. Asimismo le dieron el último adiós su amigo y admirador el pintor Antonio Montiel, la actriz Concha Cuetos, Raúl Sender y Ana Banderas. Además, el poeta Juan de Loxa estuvo presente en el entierro de la que afirmó que "no ha sido una tonadillera al uso, sino una mujer muy cultivada, que se rodeó de los mejores artistas y poetas de su época".
Murió Malena, pero Imperio Argentina, el mito, seguirá vivo siempre pues como dijo de ella el gran poeta Juan de Loxa "es una página de la historia de España con mucha luz", y la luz, a veces, nunca se apaga.

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