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España

Fallece un hombre con esclerosis múltiple al incendiarse en su domicilio

La investigación apunta a que el fuego lo provocó un cigarrillo cuando se encontraba solo en casa

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  • Sacando el cadáver. -
Un pequeño incendio declarado en una vivienda del número 33 de la calle Columela acabó en la mañana de ayer con la vida de Antonio A. G. de 52 años de edad. Según testigos presenciales y fuentes de la investigación, el fallecido padecía una discapacidad que le impedía valerse por sí mismo. Aún se están estudiando las causas del fuego que fue muy localizado. Sólo afectó a la zona del salón de la casa donde Antonio A. G. estaba sentado en un sillón eléctrico. Varias fuentes apuntan a que la causa pudo deberse a un cigarrillo que se le pudo caer encima, provocando el fuego que acabó con su vida. Debido a la discapacidad que padecía, Antonio A. G. no pudo hacer nada para apagar las llamas, que acabaron consumiéndolo.

Los trágicos hechos ocurrieron sobre las 12.20 horas, cuando vecinos de la finca advirtieron una columna de humo negro saliendo de una vivienda situada en la tercera planta de la finca. Inmediatamente avisaron a los bomberos, que acudieron muy pronto debido a que estaban actuando en una finca en la calle Beato Diego, a escasos doscientos metros de donde se estaba produciendo el incendio.

Según informan fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos, varios efectivos accedieron al inmueble donde en un principio desconocían si había alguien en su interior. El humo era tal que impedía el acceso a la vivienda, por lo que tuvieron que recurrir a equipos de respiración. La puerta se encontraba cerrada. Tras lograr entrar en la vivienda los bomberos, con equipos de iluminación dado que la visibilidad era muy reducida a causa del humo, localizan las llamas en un sillón automático en un salón de grandes dimensiones.

Nada pudieron hacer ni los bomberos ni los sanitarios desplazados al lugar por salvar la vida de Antonio A. G., que yacía carbonizado en el sillón. El resto de la casa no se vio afectado por el fuego.
La actuación de los bomberos concluyó a las 13.30 horas. Hasta el lugar se desplazaron siete bomberos y dos vehículos que utilizaron 200 litros de agua para apagar el fuego.

Testigos
Vecinos de Antonio A. G. narraron ayer a Información Bahía que el finado fumaba mucho y que no les extrañaba que la causa del fuego hubiera sido un cigarrillo.
La consternación entre los vecinos y comerciantes de calle Columela era evidente. Antonio era conocido en el barrio y muchos conocían su dolencia. El fallecido fue marino y la esclerosis múltiple le había confinado a estar postrado en una silla. Para su cuidado diario la familia había contratado a una persona que convivía con él las 24 horas del día. “Tenía un empleado sudamericano que lo cuidaba. Es muy bueno y está muy pendiente de él, pero salió un momento a pedirle una cita al dentista y fue cuando ocurrió el fuego”, narró una vecina muy afectada por el suceso.

Antonio hubiera cumplido 53 años el próximo 5 de febrero. Tenía dos hermanas que ayer estaban totalmente deshechas. Hasta el lugar del suceso se desplazó el delegado municipal de Asuntos Sociales, Miguel Macías,
quien transmitió personalmente el pésame a los familiares.

Se da la circunstancia de que junto al foco del incendio, que fue el propio cuerpo de Antonio, había un calefactor y un brasero de gas. Ambos estaban apagados como precaución al ausentarse la persona que lo cuidaba y pese al frío que hacía en ese momento.

Se maneja la posibilidad de que falleciera debido al mismo fuego (el cadáver estaba carbonizado), o bien a causa de la inhalación de gases, dado que el material del sillón eléctrico en el que estaba reposando la víctima fue lo que provocó al arder la intensa humareda. La Policía Científica se encargará ayer de esclarecer estos extremos.

De hecho, uno de los bomberos del grupo que se presentó en el lugar de los hechos tuvo que ser atendido por los facultativos sanitarios desplazados al lugar por culpa de la inhalación de humo. Sobre las 15.00 horas el cadáver de Antonio A. G. fue sacado de la casa y trasladado en un furgón de la empresa funeraria Servisa. Hasta ese momento, la puerta de la finca fue un continuo entrar y salir de bomberos, agentes de Policía y miembros de la Policía Científica.

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