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Los indignados se hacen fuertes en la Plaza Alta

Los acampados quieren extender su mensaje por la ciudad

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  • La asamblea de ayer -
Van a hacer una semana ocupando la plaza Alta. Muchos curiosos pasan, atraídos por la marea de pancartas. Algunos pregunta. Lo cierto es que la mayoría desconoce cuál es el fin de ese extraño grupo de jóvenes y no tan jóvenes que se sientan descalzos sobre cartones a debatir, haciendo que la plaza Alta parece un auténtico ágora de la Grecia clásica.

El movimiento, unido de la mano de su desarrollo a nivel nacional, nació el domingo 15 de mayo, cuando un grupo denominado Democracia Real Ya llevó a cabo una manifestación por las calles.

El mensaje de dicha manifestación se centraba en varias propuestas, como la reforma de la ley electoral de cara a las próximas elecciones; que cada voto valga igual en cada provincia y autonomía; la reforma de los bancos para que se prohíba la especulación; la supresión de privilegios y la corrupción política; o las listas abiertas.

El fuerte calado de estos mensajes en la ciudadanía de toda España hizo que la manifestación se repitiera el pasado el pasado viernes, en la antesala de las elecciones.

De dicha manifestación surgió la idea de un grupo de personas de ocupar de manera pacífica la plaza Alta, para organizarse y llevar a la práctica sus protestas.

Ivars explica que, aunque respalda el movimiento de la acampada, este es paralelo a Democracia Real Ya. “En vez de hablar de cambiar el mundo, nos vamos a centrar en una serie de puntos. Nosotros apoyamos el idealismo, pero no consideramos que tengan el grado de prioridad necesaria”.

Acampada
De forma espontánea, decenas de personas ocuparon el viernes 19 por la noche la plaza Alta. Desde entonces, están allí.

Se están organizando como grupo ciudadano, escuchan las propuestas de todos los que aparecen a las asambleas diarias, crean comisiones de actuación...

Cada día deciden, en función de los pasos que van constituyendo, si permanecer un día más en la plaza Alta, algo que no harán hasta que no hayan definido el programa de trabajo.

Han creado comisiones de educación, de sanidad, de cultura, con el objetivo de iniciar actividades en esos ámbitos. Van a poner en marcha visitas y actuaciones por las barriadas, para extender su mensaje y captar ciudadanos.

De momento, es el germen. “Estamos planteando cosas muy genéricas, pero nada específico de acción local todavía”, explica Aitor, uno de sus organizadores.

Los dos movimientos son paralelos y coordinados a nivel nacional, y están seguros de alcanzar sus objetivos: “tenemos la esperanza de que sí. Ya sea de aquí a un mes o diez meses. En Islandia tardaron seis meses y son 300.000 personas”.

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