El día de la ilusión, en el que los más pequeños son los absolutos protagonistas, el de un despertar de nervios y magia precedido de una noche en la que costó mucho conciliar el sueño.
El Día de Reyes ha puesto el broche de oro a una Navidad que se ha prolongado por más de un mes en la capital onubense, un día de magia en las casas y de jugar por encima de todas las cosas.
Un día en el que la magia de los Reyes Magos también se trasladaba a los barrios de la capital onubense, pues sus Majestades de Oriente recorrieron las calles de La Orden, La Hispanidad, Verdeluz y Marismas del Odiel para repartir magia e ilusión entre sus vecinos.
El broche de oro a una Navidad que ha tenido un final atípico, pero feliz, por las inclemencias meteorológicas, que motivaron que el Ayuntamiento, como tantos otros de dentro y fuera de la provincia, adelantaran la celebración de la Cabalgata de Reyes a un día antes, dejando para el 5 de enero la visita a hospitales y residencias y la recogida de cartas en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.
Este año, sus Majestades volvieron a llegar en barco, en la mañana del 4 de enero a la Marina del Odiel. Y un día antes, el Heraldo Real recorrió la ciudad para anunciar la pronta llegada de los Reyes Magos.
Pero la programación de Navidad comenzó mucho antes, en concreto el último fin de semana de noviembre, coincidiendo con el Black Friday.
Fue el viernes 29 de noviembre cuando el Ayuntamiento encendió el alumbrado navideño.
Desde entonces, multitud de actos, desde el tradicional mercadillo de la plaza de Las Monjas, a la pista de patinajes, los espectáculos de luces o la ruta de la zambomba, han llenado de vida la ciudad. Ahora, a esperar un año para la próxima Navidad.
