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España

Blanco, portavoz del Ejecutivo y Camacho, a Interior

Habrá dos vicepresidencias. Elena Salgado para Asuntos Económicos y Manuel Chaves, para Asuntos Territoriales

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  • Blanco y Camacho. -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, realizó en la jornada de ayer la que previsiblemente será la última remodelación de su gabinete, un ajuste mínimo para suplir las vacantes dejadas por Alfredo Pérez Rubalcaba que sitúa a José Blanco, hombre de confianza, como portavoz del Ejecutivo.

El hasta ahora número dos de Rubalcaba en Interior, Antonio Camacho, asciende a ministro, y las tres vicepresidencias quedan reducidas a dos: la Vicepresidencia de Asuntos Económicos de Elena Salgado y la de Política Territorial de Manuel Chaves.

Unos cambios limitados que, según Zapatero, significan "simplemente" que el Gobierno "sigue trabajando a pleno rendimiento" y que tiene que seguir "pisando el acelerador" para hacer frente a la complicada situación económica y financiera, argumento de máxima actualidad ante las últimas turbulencias en la zona euro.

En la rueda de prensa en la que anunció los cambios, Zapatero ha eludido así hablar de un eventual adelanto electoral porque el objetivo del Gobierno es "trabajar y cumplir sus compromisos".La prioridad es, insistió, "mantener la estabilidad, ganar la recuperación y crear empleo", un objetivo "tan exigente" que el gabinete no debe pensar en otra cuestión.

La única sorpresa en la remodelación de ayer fue la elección de Blanco, ministro de Fomento, como portavoz del gabinete, ya que todas las quinielas apuntaban a que esa responsabilidad la asumiría el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui.

Sobre Blanco, que el domingo aceptó “con mucho orgullo” su nueva tarea, Zapatero esgrimió dos razones para su elección: "conoce bien la acción global que el Gobierno está llevando adelante" y es una persona que tiene una confianza "directa y muy trabada durante mucho tiempo" con él, lo que facilitará su tarea.

El vicesecretario general del PSOE, cuya carrera política ha estado estrechamente ligada a la deZapatero desde que en 2000 éste se hizo con el liderazgo del partido, le acompañará así en La Moncloa en la recta final de la legislatura.

Un nombramiento más esperado fue el de Antonio Camacho como ministro del Interior, tras ejercer desde 2004 de secretario de Estado de Seguridad. Zapatero le ha atribuido hoy parte de los "grandes éxitos" logrados en la lucha contra ETA y ha garantizado que preservará la política antiterrorista desarrollada por Rubalcaba, en esa "línea de presión" y "eficacia" que ha dejado a la banda en una situación de "debilidad profunda".

En lugar de elegir a un nuevo vicepresidente primero, el jefe del Ejecutivo ha optado por pasar a tener sólo dos vicepresidencias y será Elena Salgado, la única superviviente de su primer Gobierno, quien presida los Consejos de Ministros cuando él esté ausente.

Los cambios, de los que informó al Rey el pasado miércoles, se han mantenido en completo secreto a pesar de que, esta vez, Zapatero no los ha fraguado en solitario. Según él mismo señaló, "lógicamente" los comentó con Rubalcaba. Y también con Blanco, ya que su entorno desveló que se decidió que no se encargara de coordinar la campaña de Rubalcaba porque ya estaba decidido que fuera el nuevo portavoz del Ejecutivo. En la rueda de prensa celebrada en La Moncloa Zapatero tuvo también que desmarcar al Gobierno de las propuestas hechas públicas el sábado por Rubalcaba en su primer discurso oficial como candidato del PSOE. El Gobierno y el partido, subrayó, se mueven en dos planos diferentes y las iniciativas anunciadas deben enmarcarse en el programa con el que Rubalcaba concurrirá a las próximas elecciones generales.

"El Gobierno gobierna, es una tarea apremiante en este momento y va a seguir haciéndolo" en interés general, mientras que la tarea del partido es "formular su proyecto político de cara a las próximas elecciones; son espacios que están nítidamente marcados", recalcó.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero,quiso premiar ayer a una de sus fieles, Elena Salgado, por permanecer a su lado desde su llegada a La Moncloa y la nombró su sustituta en el Consejo de Ministros, es decir, será vicepresidenta primera "de facto". Tras la última remodelación, Salgado ha visto cómo el ordinal ha desaparecido de su vicepresidencia y cómo se convierte así en el miembro del gabinete con más peso. La nueva denominación de su Vicepresidencia -de Asuntos Económicos- integra al Ministerio de Economía y Hacienda, pero no conllevará la tarea de coordinación de los diversos departamentos.Lo mismo ocurre con la otra vicepresidencia, la que ocupará Chaves, que pasa a llamarse de Política Territorial y que absorbe al ministerio asociado a la Vicepresidencia Tercera.

Con esta novena remodelación, Salgado, de 62 años, sube en el escalafón recompensada por Zapatero, aunque seguirá al frente del diseño y gestión de la política económica del Gobierno, una función que ha ejercido hasta ahora sin que le temblara el pulso. Sus colaboradores dan fe de que es una trabajadora infatigable, como prueban las horas y horas de despacho de la primera ministra de Economía de la historia de España.Tras una apariencia física frágil se esconde una fuerte personalidad que, posiblemente, le habrá ayudado a tomar decisiones muy poco agradecidas, como haber tenido que sustituir estímulo público por tijeretazo o adoptar medidas tan impopulares como la congelación de las pensiones o la bajada de salario a los empleados públicos.

Nacida en Orense, Salgado es ingeniera industrial y licenciada en Ciencias Económicas y cuenta con la confianza de Zapatero desde su primer Gobierno, cuando fue nombrada ministra de Sanidad. Después, ocupó la cartera de Administraciones Públicas y en 2009, en los momentos más duros de la crisis, se hizo cargo de Economía en sustitución de Pedro Solbes. Es él único ministro que sigue en el Ejecutivo desde el primer mandato de Zapatero.

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