Visiblemente debilitado por sus cuatro días de ayuno y ayudado por sus colaboradores, Hazare, un activista de 74 años inspirado en las ideas de "mahatma" Gandhi, salió de la cárcel y se dirigió a sus seguidores desde un estrado en el que hizo ondear una bandera india.
Hazare tiene previsto proseguir su campaña, sin las limitaciones que las autoridades pretendían imponer en un primer momento, en la explanada delhí de Ramlila, para lo cual atravesará la ciudad junto a sus seguidores.
En una breve alocución televisada, Hazare afirmó en hindi que sus seguidores son su "fortaleza", les pidió que no dañaran los bienes públicos y que no importunaran a las personas -"hermanos y hermanas"- que encontraran de camino a Ramlila.
Los asistentes de Hazare habían anunciado en un primer momento que el septuagenario seguidor de Gandhi abandonaría la prisión este jueves por la tarde, pero luego pospusieron hasta hoy su salida para dar tiempo a preparar el espacio en el que continuará su protesta.
Anna Hazare fue detenido el martes por la Policía tras negarse a aceptar las condiciones que la Policía impuso a su protesta, e inició su ayuno ya en prisión acompañado por sus colaboradores, muchos de ellos activistas prominentes.
El objetivo de su movimiento es presionar por la aprobación de una ley anti-corrupción en el Parlamento indio, donde el Gobierno ha presentado un proyecto propio que ha concitado críticas porque excluye de su alcance al primer ministro y el poder judicial.
El arresto de Hazare ha desencadenado manifestaciones espontáneas contra la corrupción en los estratos político y administrativo, ancestral lacra del país, aunque sus oponentes critican que sus apoyos provengan sobre todo de la clase media.