Obama se desplazó ayer a Richmond, en Virginia, donde participó en un encuentro con votantes para explicar los principales puntos de su plan, que combina recortes de impuestos con inversiones en infraestructuras.
En su discurso ante el Congreso la noche del jueves noche, Obama apeló a los legisladores para que dejen de lado las pugnas partidistas y aprueben el plan.
“La gente de este país trabaja duro para cumplir sus responsabilidades. La pregunta esta noche es si nosotros cumpliremos las nuestras; si, a la vista de una crisis nacional, podemos detener el circo político y hacer de verdad algo para ayudar a la economía”, afirmó el presidente.
El plan, de mayores dimensiones de lo que habían apuntado los medios en días previos, requiere para su puesta en práctica la aprobación del Congreso, donde los demócratas controlan el Senado y los republicanos dominan la Cámara de Representantes, lo que puede dar lugar a una pugna partidista similar a la protagonizada este verano en torno al aumento del techo de la deuda.
La propuesta de Obama contiene elementos que pueden agradar a los republicanos.