Durante su declaración, el joven ha mantenido su inocencia, mientras que su abogado defensor, Andrés Gálvez, ha explicado a los periodistas que la acusación se está cebando con su cliente y hay que preservar la presunción de inocencia.
La declaración del acusado ha durado unos cuarenta y cinco minutos, y la vista oral, que se está celebrando en el Juzgado de Menores número uno de Málaga, ha sido a puerta cerrada debido a que el acusado es un menor.
En todo momento, el menor ha estado acompañado por su abogado y su padre, que ha ejercido de tutor, por lo que ha podido estar en la sala de vistas aunque también declare en calidad de testigo.
La fiscalía malagueña y la acusación particular, en representación de la familia de la niña, han solicitado ocho años de internamiento para el menor, seguidos de cinco de libertad vigilada por un presunto delito de asesinato.
Por su parte, la defensa del menor acusado, Andrés Gálvez, ha pedido la libre absolución de su cliente y ha explicado que cree que la pena solicitada por las acusaciones es excesiva, ya que es la máxima que permite la Ley del Menor.
Después de la declaración del menor se inició la fase testifical en la que han comparecido varios testigos.
El joven acusado de la muerte de María Esther fue detenido dos semanas después de que se encontrara el cadáver de la menor con un golpe en la cabeza en la caseta de una depuradora de la localidad y actualmente está ingresado en un centro de menores.
Los investigadores hallaron restos que podrían ser de sangre en una zapatilla deportiva en el transcurso del registro domiciliario efectuado en la casa del chico -cuyo nombre corresponde a las iniciales R.V.R.-, y las pruebas de ADN practicadas coincidieron con el arrestado.
El Juzgado de Menores número 1 de Málaga ordenó en febrero el internamiento preventivo del joven en régimen cerrado durante seis meses, el máximo que establece la ley, aunque posteriormente, en agosto, se prorrogó por otros tres meses más.
La autopsia confirmó la muerte violenta de la niña, cuyo cuerpo se encontró un día después de su desaparición con la cara cubierta en una caseta donde los investigadores hallaron muchas huellas.
Dos meses y una semana antes de la muerte, se recibieron en la casa de la niña dos cartas anónimas con amenazas hacia la menor y que terminaban con la frase "María Esther, si hablas te mato".
Entonces los padres pusieron el contenido de esas misivas en conocimiento de la Policía Local y el instituto de enseñanza secundaria donde estudiaba la joven, y fue a raíz de la muerte cuando informaron a la Guardia Civil de ello.
Los padres de María Esther Jiménez han asegurado hoy antes del juicio que lo afrontan con "rabia e impotencia", después de que los padres del presunto asesino hayan estado al lado de ellos y no hayan sido capaces de decir "lo siento".
Han explicado que esperan que "se haga justicia", aunque están contentos con que el fiscal y la acusación particular hayan pedido la pena máxima, aunque para ellos, "la pena máxima sería cadena perpetua".
El padre de la menor, Juan Jiménez, ha añadido que su hija no va a salir de donde está, pero que el acusado saldrá "dentro de equis años".
La abogada de la familia, Bárbara Royo, ha subrayado que tiene "un arsenal probatorio suficiente para que el acusado sea condenado finalmente", y ha añadido que hoy al acusado la coartada se le ha caído por imprecisiones.