El pasado mes de febrero, Estados Unidos y Corea del Norte alcanzaron un acuerdo por el que Pyongyang se comprometió a suspender temporalmente sus programas de enriquecimiento de uranio y misiles de largo alcance y a permitir la visita de los inspectores de la AIEA a la planta nuclear de Yongbyon, a cambio de que Washington enviara 240.000 toneladas de ayuda humanitaria.
El pasado viernes, Estados Unidos anunció la suspensión del envío de la ayuda humanitaria a Corea del Norte como represalia por la decisión del régimen comunista de lanzar el satélite meteorológico Kwangyongsong-3', a pesar de los llamamiento de la comunidad internacional.
De confirmarse la noticia, el acuerdo bilateral quedaría cancelado, ya que ambos países habrían rehusado cumplir sus compromisos.
Las fuentes apuntan que Corea del Norte pretende acusar a Estados Unidos de incumplir el acuerdo, alegando que fue el primero en faltar a sus compromisos, ya que el régimen comunista manifestó, antes del lanzamiento, su voluntad de seguir con la 'hoja de ruta'.
La ruptura del acuerdo, señalan las fuentes, hará aún más difícil que Pyongyang acceda a suspender su programa de enriquecimiento de uranio, lo que a su vez allanará el camino para que lleve a cabo una tercera prueba nuclear.