La temporada 2011-12 se guardó en el baúl de los recuerdos sin intención de abrirlo. Poco habrá válido para poder sacar conclusiones de ella. O sí, las que valgan para no caer y repetir errores pasados. Si de los fallos se aprenden, el repertorio es amplio y meridiano como para fijarse atentamente y no caer en ellos.
Atrás quedaron los sufrimientos de una temporada para olvidar y dramática como pocas. Dos meses y cuatro días después, de nuevo la actividad volvió al José del Cuvillo. Y lo hizo con aires renovados. Se respira ilusión y esperanza. Nada nuevo, por otra parte, a cualquier inicio que se precie, pero los fundamentos tienen unas hechuras que, a poco que funcionen, enterrará los fantasmas del pasado.
Hay confianza y, sobre todo, ganas por empezar por ver crecer un proyecto que se ha cimentado a base de creencia. La convicción será una de las filosofías que se intentará imponer, en un credo que se siente motivado por cumplir con unas expectativas creadas. La que se ha depositado de forma incondicional con la llegada del nuevo gurú: Mere.
Él es el responsable de dar sentido y forma a una etapa que se inicia con una mezcla de los vestigios del ayer (las incorporaciones invernales), las renovaciones e incorporaciones próximas. Todos se vistieron de cortos para empezar con una nueva etapa.
El primer entrenamiento fue más suave del esperado. Los comienzos siempre son duros, pero el mejor amigo del futbolista, el balón, fue el auténtico protagonista de la sesión de casi una hora y media. Casi la duración de un partido, bastó para comprobar cual es el contenido de la libreta del técnico portuense. Amplio, moderno y actual, donde la pelota tendrá un peso casi primordial y básico.
Desde el primer día, la táctica tuvo el protagonismo del que quiere que las instrucciones queden claras desde el primer día. Nada de interminables sesiones físicas ni agotadoras. Eso es historia. Breves carreras y combinación del esférico, de forma cíclica. La sesión se acabó con un improvisado partidillo.
Hacer conjeturas o aventurarse a lo que dará de sí el devenir del equipo, sería osado e incierto, pero la alegría en el juego asociativo será las señas de identidad de un equipo que ha comenzado con la pretensión de hacerlo bien.
De lunes a viernes, a las 19.00 horas, y sobre el Cuvillo estarán realizando las sesiones semanales.
