La Confederación Hidrográfica del Duero, la Junta de Castilla y León y el Seprona tratan de identificar a la persona responsable de la apertura de la compuerta de una presa en el río Aravalle que causó la muerte de cientos de truchas, en el término municipal abulense de Umbrías.
Desde la Asociación de Ribereños del Tormes y sus Afluentes (ARTYA) se denunció el martes la aparición de las truchas muertas en la jornada del sábado, días después de que se abriera la compuerta de la presa.
Según su presidente, David Gutiérrez, "el vertido de lodos aguas abajo de la presa y la disminución de la masa de agua del pantano han producido importantes daños al río y a su fauna acuícola, consecuencia del aumento de la turbidez y la falta de oxígeno".
Por su parte, el comisario de Aguas de la confederación, Julio Pajares, ha afirmado que la compuerta puede ser abierta "por cualquiera con una llave inglesa", a la vez que ha anunciado que está previsto demoler la presa por parte de la Sociedad Estatal Aguas del Duero tras haber realizado la declaración de impacto ambiental.
El muro de la presa tiene una altura de unos 12 metros y la anchura es de unos 20, y, según Pajares, "nunca ha tenido utilidad" a pesar de haberse construido hace varias décadas.
