Varios testigos directos del atropello mortal ocurrido en el Polígono Store de la capital hispalense el 12 de diciembre de 2010 discreparon ayer sobre si dicho atropello fue intencionado, versión que mantienen los compañeros de la víctima, o si fue accidental, lo que es defendido por compañeros del acusado, para quien la Fiscalía pide 18 años de cárcel por un delito de asesinato.
Y es que la Audiencia Provincial de Sevilla acogió ayer la segunda jornada del juicio con jurado popular por estos hechos, en una vista oral que, según fuentes del caso consultadas por Europa Press, se podría prolongar durante toda la semana.
En esta segunda jornada, uno de los testigos, A. M, relató que el día de los hechos se encontraba en la cena de Navidad de su empresa cuando alguien subió “y empezó a decir que estaban partiendo los coches”, por lo que “bajamos al exterior por lo menos cinco personas” para comprobar lo que estaba pasando.
Una vez fuera, asegura que vio “volar” una silla y objetos varios que golpearon al vehículo del acusado, quien “realizó tres o cuatro embestidas” con su vehículo hacia el lugar donde se encontraba el grupo del testigo, en la segunda de las cuales “le dio un golpe a un compañero, que rodó por el capó para no tener más daños”. “Nadie rodeaba al coche, pues todos estábamos frente al vehículo”, precisó.
El testigo señaló que, tras ello, el acusado “se dio a la fuga” a una velocidad “bastante alta” y con las luces apagadas, y a continuación “le dio un golpe espantoso, súper fuerte”, a la víctima, Manuel Alías García, quien “iba caminando de espaldas” al vehículo. Tras darle el golpe, “pude verlo volando, ya que dio una voltereta y cayó al suelo de cabeza”, en un impacto que “fue fuerte” describió.
Un segundo testigo, J. J. C, compañero de trabajo del acusado, ha ofrecido una versión diametralmente distinta, pues ha asegurado que un grupo compuesto por 15 personas “se abalanzó” sobre el imputado “y le tiró sillas y botellas”. “No le dejaban irse, por lo que el imputado hizo varias maniobras” hacia adelante y hacia atrás para poder salir de allí mientras “le decían que se bajara, que lo iban a matar”.
“Le querían pegar y llevaban hasta herramientas”, ha dicho este testigo, agregando que el grupo lo “acorraló”.