La Policía Científica halló muestras de sangre en señales de tráfico y el suelo en el trayecto entre la casa abandonada de Lealas donde solían dormir los cuatro indigentes de nacionalidad extranjera imputados de la muerte de su amigo Alexander G. y el contenedor de calle Asta en el que presuntamente lo arrojaron inconsciente y malherido tras una pelea.
Durante el segundo día del juicio que se juzga en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, el entonces jefe del grupo de la Policía Científica de la Comisaría explicó que la sangre detectada en el mencionado tramo era “de la misma tipología y la misma coloración”. Aunque descartó que hubiera sangre en el interior de la casa de vecinos donde este grupo de indigentes pasaban las noches, corroboró que sí encontraron manchas de sangre en una chaqueta y en varias camisetas de uno de los imputados en una de las habitaciones.
En los más de diez testimonios que oyó el tribunal, los agentes que participaron en el atestado fueron explicando cómo la pista que los llevó a los acusados la obtuvieron en la Comisaría tras comprobar, una vez analizadas las huellas del fallecido, que tanto este último como otro de los imputados, Michal.P, habían sido detenidos en Elche por un delito de lesiones. A partir de ahí, los efectivos habrían comprobado que la noche de los hechos, Michal P, había requerido asistencia sanitaria al llevar la cara “ensangrentada”, extremo que él achacó a una caída tras haber recibido un ataque epiléptico y que los policías “no se creyeron”.
Como consecuencia, a la mañana siguiente de los hechos, los funcionarios de la Policía Nacional iniciaron un seguimiento de Michal, certificando que el inmueble en el que pernoctaban estaba en calle Lealas. Lo hicieron después de que en un momento de la mañana Michal acudiera a este lugar “a cambiarse de ropa” al haberse manchado en las circunstancias ya relatadas y que no convencieron a los policías.
Posteriormente, según apuntó uno de los agentes que hizo esta vigilancia, se reunió con Darius J. y Marek K en un supermercado cercano, de donde salieron “con bebidas”, y donde les pudieron ver en actitud “sospechosa” y “nerviosa”. Según dijo, hablaban entre ellos y “mirando de un lado para otro”, permaneciendo en las puertas “pidiendo limosna a los clientes y bebiendo”.
En ese momento, según su relato, uno de ellos se marchó y volvió con una gorra para Michal P, mientras que el cuarto imputado de origen alemán por este presunto delito de asesinato, Rau T, fue detenido con posterioridad, después de que lo sorprendieran abriendo con una llave la finca donde estaba la casa abandonada. La detención se produjo a raíz de las manifestaciones de los vecinos, que hablaban de la existencia de una cuarta persona que “iba y venía” a esta casa. La vista de hoy miércoles se presenta fundamental ya que se dedicará a las pruebas periciales y a los resultados de los análisis biológicos realizados a las manchas de sangre detectadas en las distintas inspecciones oculares.
En la vista de este miércoles también ha declarado el trabajador de la planta de reciclaje de Las Calandrias que encontró el cuerpo en el semifoso donde se deposita la basura recogida de los contenedores para su tratamiento. Ha manifestado ante el tribunal que se puso "muy nervioso" cuando pasadas las siete de la mañana vio "una pierna" de la víctima.
Por su parte, el pulpista encargado de la grúa que transporta la basura una vez que llega a la planta explicó que el cadáver debió caer a una cinta de metal, junto con la basura recopilada, de una altura de tres metros, tras ser retirado por una grúa de seis brazos hidráulicos.
Asimismo, el director técnico de la citada planta de reciclaje ha confirmado que el dispositivo GPS del que están dotados los camiones de basura permite saber la ruta y las horas exactas en las que los vehículos hicieron estas paradas, mientras que el conductor del camión que hizo el trayecto del contenedor donde presuntamente fue arrojada la víctima ya inconsciente, ha descartado que viera "en algún momento" el cuerpo.
Como ha explicado ante el tribunal y el jurado popular, las cámaras que visualizan el contenedor para activar el sistema de carga lateral automático no visionan el interior del camión, donde un sistema de prensado se encarga de ir moviendo la basura hacia dentro.
En la vista ha declarado un vecino cuya casa colinda con la vivienda abandonada donde dormían los imputados, de los que ha llegado a identificar a tres, y de los que ha dicho que "entraban y salían" y que la noche de los hechos los escuchó hablar "un poco fuerte".
La vista de este miércoles se dedicará a las pruebas periciales y a los resultados de los análisis biológicos realizados a las manchas de sangre detectadas en las inspecciones oculares practicas durante el atestado.