Un minuto y 50 segundos había discurrido de partido cuando José Antonio Reyes se sacó de la chistera un pase antológico para poner de gol a Bacca en el minuto dos. Otra vez el de Utrera, contra todo pronóstico, hacía acto de presencia para ratificar que él es el rey del derbi.
Cuesta creer que un jugador viva exclusivamente para disputar un partido al año. Reyes, desaparecido en combate en lo que va de Liga a pesar de la lesión que lo ha mantenido alejado algunas semanas de los terrenos de juego, vuelve a demostrar que sí él así lo quiere no hay otro futbolista igual en la plantilla nervionense. Calidad, regate y profundidad. La diestra, sobre el papel, tienen nombre y apellidos. No obstante, los méritos de un jugador no pueden calibrarse por lo visto en 90 minutos.
Además, de una de sus enésimas internadas hacia el interior partió la expulsión de Paulao que él mismo provocó, determinante. Pero otra vez el burro al trigo. La realidad demarca que el utrerano inyecta cada año a su cuenta 1,8 millones y, claro, el Sevilla no está en disposición de que ganar un derbi en casa le cueste casi dos ‘kilos’. Por ello, el propio Del Nido incidió tras la goleada que “no vale que sólo rinda en un partido”. Y es que visto lo visto, de salir o no en enero, de jugar o seguir en el banquillo dependerá únicamente de él.
“Se me puso la piel de gallina”
La estrella del derbi no tardó ayer en aparecer en escena para transmitir sus sensaciones tras la victoria. “Supe que jugaría y sabía que tenía que darlo todo. Y cuando salí por Perotti todos estaban de pie coreando mi nombre, y se me puso la piel de gallina”.