La resaca del derbi sevillano del domingo ha dejado en el Betis un poso peor que el del vivido hace algo más de un año en el mismo escenario y con una mancha que pesará por siempre en la historia del beticismo.
Obviamente la búsqueda de culpables por parte de la afición verdiblanca es inmediata y remueve a todo aquel que pertenezca al organigrama de la institución bética; llámese Bosch Valero, Vlada Stosic y Pepe Mel, este último cada vez más desgastado en el mensaje de cara a la parroquia de Heliópolis.
Y es que el técnico madrileño, cuya figura parecía intocable en todos los ámbitos hasta el punto de llegársele a comparar con el mismísimo Lorenzo Serra Ferrer; empieza a crear ciertas dudas en cuanto a su rendimiento esta temporada se refiere acrecentado sobre todo por su nefasta preparación de los duelos de máxima rivalidad y sus inexplicables decisiones tácticas en varios partidos a lo largo de esta campaña.
Por todo ello, por lo que ha conseguido aglutinar desde su llegada al Betis, la imagen de Mel está en estos instantes más tocada que nunca por parte de la afición que ya silba incluso al resonar su nombre en el Villamarín por otra parte de la misma y en este sentido, la falta de exigencia que ha mostrado en comparación con anteriores etapas en las que apretaba y de lo lindo al consejo de administración y dirección deportiva.
No excusa su falta de precisión la pésima planificación realizada por la secretaría técnica al mando de Stosic y la carencia económica que desde la administración judicial de la entidad verdiblanca se vende a la hora de confeccionar una plantilla de garantías que pueda competir sin pasar apuros y apostando además por el crecimiento del equipo en años venideros.
La realidad es que desde la planta noble están encantados con la labor del serbio a la hora de realizar su trabajo y públicamente, han sido varias las loas que se le han atribuido hasta el punto de manifestar abiertamente que la renovación del director deportivo es todo un hecho.
Estas razones y algunas críticas desde el vestuario que ya afloran en algunos futbolistas dudando de la capacidad para revertir la situación del técnico, hacen que la cuerda pueda romperse del lado más débil de persistir la mala racha.