Este viernes se cumplen dos meses desde que el estadio José del Cuvillo abriese por última vez. Fue el día de la recogida de las llaves. Materialmente, no solo imposibilitaban la manera de poder seguir utilizando las instalaciones; simbólicamente, también se reivindicaba una muestra de fortaleza, que hasta hoy dura.
Casi sesenta días después, el cierre se eterniza en el tiempo sin una solución favorable. Lo que debía ser algo temporal y puntual, se empieza a vislumbrar a que el chapado se alargará también a lo largo de los primeras semanas de 2014. O meses, porque sin competición, la actividad una vez finalice el mes de abril empieza a menguar.
Hay quien ya ve a la prolongación del problema hasta que el Racing Portuense sea liquidado y el Concurso de Acreedores sea historia. Igualmente, sin Concursal de por medio, tomaría el mando Impulsa El Puerto. Sin directrices judiciales y sin convenio suscrito a ningún club en particular, la empresa municipal gestionaría de una forma menos encorsetada la explotación de las instalaciones deportivas.
El adiestramiento en las formas y maneras de encaminar el acuerdo, costó más de lo previsto. Una vez subsanado, se comprueba que el Cuvillo tiene poco o nulo interés en todos aquellos que no sea el propio Recreativo Portuense. El único que se ha ofrecido a gestionar, sufragar y paliar el mantenimiento de una manera incondicional.
El silencio sigue siendo la respuesta encontrada. Sin ofertas, la viabilidad de abrir de nuevo el estadio se desvanece. Ceder la gestión al Recre, ahora, pudiera interpretarse como en reconocer un error en el que se ha ido alargando en el tiempo de una manera obtusa e innecesaria, cuando se ha dispuesto diversas opciones para descongestionar el asunto.
Los globos sondas emitidos por unos y otros en cuestiones como el mantenimiento, pólizas de seguro y demás condicionantes no han resultado ser asuntos salvables. De hecho, las instalaciones, ahora cerradas, sí necesitan de un mínimo de gastos (luz y agua) que de otra manera podrían ser cubierto económicamente con un uso continuado.
Lo que sí parece cierto es que las cuentas parecen no cuadrar, el mejor cerrado que abierto, según cómo, no terminan de encajar en una realidad que satisfaga a todas las partes.
Todo ello tras la rueda de prensa ofrecida el pasado viernes 15 de noviembre en la que se manifestaba haber llegado a “una solución provisional hasta que se resuelva el Concurso”.
Tras ese pacto, se reconocía que “se consigue dar una triple solución al problema de los requisitos legales. Primero, permite al Recreativo Portuense continuar usando las instalaciones del José del Cuvillo; segundo, posibilita a otros clubes y entidades deportivas de la localidad que tienen el mismo derecho y tercero, que mientras termina el Concurso no se podrá incrementar el pasivo del mismo“. Un mes y un día más tarde de la conferencia, la situación, lejos de solucionarse, continúa sin divisar un fin próximo.
Ni que decir tiene, que las palabras anteriormente pronunciadas toman ahora más sentido que nunca: “La intención es que el canon cubra los gastos sin que tenga un carácter de lucrarse, sólo cubrir los costes que tienen una exigencia legal”. Cubrir esos gastos siguen siendo el auténtico caballo de batalla, que en la inviabilidad de abrir de nuevo las puertas, impiden el poder hacerlo.
El Unión Poli no lo hará en Valdelagrana
El filial recreativista disputó su partido liguero ante el Xerez DFC en Chipiona, lugar que pudiera también servir al Unión Poli para acoger su choque ante el equipo xerecista. El club portuense baraja varios recintos y aunque habían sondeado los estadios jerezanos de Chapín y La Juventud, sigue sin cerrar un recinto que se ajuste a la seguridad y a la posibilidad de generar ingresos.