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Sato acelera el pulso del Valencia y ahoga al Fuenlabrada

El Valencia saltó a la pista dormido y el Fuenlabrada aprovechó el regalo

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El Valencia Basket se impuso al Baloncesto Fuenlabrada tras rescatarle el alero Romain Sato de un insípido arranque de partido que dio esperanzas a un conjunto madrileño, que luego no pudo resistir el empuje de los locales.

El Valencia saltó a la pista dormido y el Fuenlabrada aprovechó el regalo. Una defensa cerrada, no demasiado agresiva, y la facilidad anotadora de James Feldeine y Andy Panko, que se repartieron los primeros quince puntos de su equipo, fue suficiente para imponer su guión (11-15, m.8).

Velimir Perasovic trató de despertar a los suyos con un tiempo muerto y aceleró la rotación en busca de mayor energía, pero su equipo seguía sin entrar en juego.

En cambio, el equipo madrileño, bien dirigido por Carlos Cabezas, encontró en una efectiva pareja interior en la dupla Vega-Diagne y elevó su renta hasta los nueve puntos.

A mitad del segundo cuarto, el pívot senegalés cayó desplomado al parqué por tras haber recibido un golpe unos segundos antes y, aunque en un par de minutos se recuperó, ya no pudo volver a jugar.

Al Fuenlabrada, con Cabezas cogiendo aire en el banquillo, empezó a costarle igualar el ritmo y la intensidad del Valencia. Todo ello, porque Sato elevó el listón del Valencia en cuestión de minutos. Empezó el choque en el banquillo y llegó al descanso como máximo anotador del choque (11 puntos) y máximo reboteador (6 capturas).

El alero aceleró el pulso del Valencia y en un apretón de apenas siete minutos los locales, ayudados por una creciente puntería en los triples, firmó un parcial de 29-12 que permitió a los locales darle la vuelta al marcador antes de llegar al descanso (40-32).

En la reanudación, de nuevo a los locales les volvió a fallar la puntería y eso permitió al equipo de Luis Casimiro volver a meterse en el partido. Pero su esperanza esta vez no duró demasiado, porque cinco puntos seguidos de Rafa Martínez volvieron a dejar las cosas donde estaban.

Poco a poco el Fuenlabrada volvió a apagarse y el Valencia estiró su renta casi sin querer. Su habitual intensidad defensiva le bastó para controlar al rival y le dio la oportunidad de divertir a la Fonteta con algunos contraataques.

Con el choque estancado, ninguno de los dos equipos quiso más. Ni los locales hicieron sangre de su rival ni el Fuenlabrada presentó un proyecto sólido para poner en aprietos a su rival, que gozó de un cómodo final de partido y sumó su séptima victoria, sin apenas despeinarse.

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