El tiempo en: Huelva

Cádiz

La odisea de tres ex de Delphi que emigraron a Escocia para buscar empleo

La edad, el nivel de inglés, el no llevar un contrato desde el origen y el alto coste de la vida, fueron los motivos por lo que el viaje fracasó pocos días después de empezar. Fernando Carretero Gavira nos explica esta experiencia

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiAndaluc�a Informaci�n
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
  • Fernando Carretero Gavira

Se fueron, vieron y se volvieron porque les era prácticamente imposible encontrar un empleo. Hablamos de los tres extrabajadores de Delphi que junto a otro amigo decidieron irse a Escocia a buscar un trabajo. Concretamente, nos cuenta esta aventura en primera persona Fernando Carretero Gavira.


“Nosotros decidimos irnos fuera de España porque ya habíamos accedido a la prestación de la ayuda familiar, lo que considerábamos que era un pozo del que no había salida debido a nuestra edad y nuestra situación laboral. Aquí ya no hay trabajo, ni contratos ni para nosotros ni para nadie, por eso decidimos ir a un sitio donde hubiera una mínima posibilidad de trabajar”, explica a este medio.

“Fuimos cuatro compañeros, tres ex de Delphi y un vecino mío que se apuntó”, señala para continuar diciendo que “dcidimos ir a cualquier sitio donde hubiera posibilidades, aunque fueran mínimos, de encontrar un trabajo porque aquí no hay nada de nada”.

“Yo tengo 47 años, otro tiene 49, otro 45 y mi vecino tiene 39 años”, explica para reiterar que “la intención era ir a trabajar de lo que fuera, no nos fuimos con ninguna exigencia. Nuestra idea era trabajar de lo que sea y donde sea”.

Tras ver las posibilidades, “decidimos irnos a Reino Unido, donde vimos que la economía está creciendo y algo de idioma tenemos”.

Emprendieron el viaje en coche, “para poder movernos por allí y no estar limitados a una sola ciudad para poder trasladarnos allí donde hubiera trabajo”. Hicieron 5.000 kilómetros. “Un palizón. Invertimos nuestro dinero, quemamos las naves, sacamos dinero de donde no lo había. Unos recurrimos a nuestras familias, otro vendió el coche, todo para poder llegar hasta allí”.

Al llegar “vemos que todo lo que pensábamos que iba a ser, no lo es. No se parece en nada. Allí tenemos muchas limitaciones para encontrar trabajo. Y es que una semana antes de llegar entró otro ‘recorte’ que no se ha dado a conocer en ningún sitio, y es que cuando tú exportas tu prestación o tu subsidio al extranjero, cuentas solo con 90 días. Si tienes un contrato parcial y se te acaba el mismo, pues recuperabas la ayuda hasta completar los 90 días, pero esto ya lo han quitado. Si tenías un contrato de dos días a cuatro horas por días, ya no recuperabas la prestación, con lo cual te quedas sin recursos, lo que es otro impedimento a la hora de encontrar trabajo en el extranjero”.

“Solo estuvimos una noche en un hostal, y nos costó 85 libras. Allí se te escurre el dinero cada día que pasa, enseguida te quedas sin el dinero que lleves para aguantar mientras buscas trabajo”, explica para añadir que “nosotros hemos dormido tres noches en cama. La del barco para ir, la del hostal y la del barco para volver. El resto de días dormimos en el coche”.

Ha sido una aventura breve, tal y como explica Fernando Carretero Gavira, “nos fuimos un jueves y volvimos al jueves siguiente”. Y es que “al segundo día estuvimos hablando con gente de allí, entre ellos un español, y todos nos dijeron lo mismo, de trabajo nada de nada. Que allí trabajo no hay para nosotros, para nuestro entorno laboral, porque no tenemos carrera, ni inglés fluido, ni somos jóvenes, ni llevamos contrato de origen”.

“El nivel de vida allí es carísimo y teníamos cerradas las puertas laborales, por lo que tuvimos que irnos. La cosa no es como aparece en españoles por el mundo. Ni por asomo. Ahí salen cuatro triunfadores ejecutivos que es lo que nos quieren vender”, denuncia.

Eso sí, “españoles tirados por el mundo hay miles, que se quedan por allí y no pueden volver. Son muchos los que se quedan tirados, mendigando, viviendo en la indigencia, como zombis en el extranjero”.

Fernando Carretero continúa diciendo que “al final ni nos apuntamos al Job Center, entre otras cosas si nos apuntamos Job Center no podíamos volver al día siguiente si la cosa salía como salió. Además si quieres volver a cobrar la prestación tienes que realizar una serie de trámites, como acreditar búsqueda activa de empleo”.

“La salida ha sido decepcionante por completo, se ha demostrado que somos el Marruecos de Europa”, explica, “tenemos una valla pero sin concertinas, sino cultural, ideológica, idiomática, laboral, social”.

“No hemos sentido prejuicios, pero con que no te den un puesto de trabajo ya es suficiente”, señala Carretero, “no nos miran mal, ni te impiden la entrada a ningún sitio, pero no te dan trabajo”.

Recuerda que “teníamos asumido pasar hambre, pero todo era por trabajar, y al final ni eso, si no eres joven, hablando muy bien inglés y con carrera, no hay nada”, además “es normal que tengan una tasa de paro baja, porque el mercado laboral es para ellos. Si eres de fuera, lo tienes muy difícil. No hay alojamiento barato. Todo es muy caro. Todo funciona con tarjeta. No quieren dinero en efectivo en ningún sitio”.

Volviendo al presente, “ahora a retomar la rutina, entre ellas las concentraciones con los excompañeros de Delphi que no hay que dejarlas. Y a cobrar los 426 euros, que casi hemos estado a punto de perder. Recortan donde la gente más necesita. Pero ya sabemos que casi todos los políticos son unos mentirosos, pero lo importante es que tenemos la razón y por eso seguiremos en la lucha”.

“Fuimos cargado de comida, muchas latas, pensábamos estar al menos un mes y medio. Éramos como Alfredo Landa pero con bolsa del Mercadota. Cuatro en un coche y cargado. Al final no comimos caliente. Uno de los compañeros ha perdido cinco kilos”, concluye.

 


 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN