Un cabezazo del francés Karim Benzema y un disparo lejano final del portugués Cristiano Ronaldo rescataron a un Real Madrid apático, faltó de intensidad, que fue silbado por la afición del Santiago Bernabéu, para vencer con sufrimiento a un recién ascendido como el Córdoba (2-0), que buscó el empate con descaro.
El Real Madrid anda extraño, alejado de la imagen imponente que dejó en gran parte de sus partidos en el Santiago Bernabéu la pasada campaña. Recibió al Córdoba tras un solo triunfo de siete partidos de pretemporada. Jugando a un ritmo bajo, sin apenas desequilibrio, añorando la figura de su agitador número uno, Ángel Di María, traspasado en una buena operación económica pero sin argumentos a su favor en lo deportivo.
Poca movilidad, pases al pie, sin desmarques de ruptura y sin nadie que rompa líneas del rival con pases precisos al espacio. Así comienza un Real Madrid desconocido. El italiano Carlo Ancelotti, técnico madridista, se dio cuenta de que el alemán Toni Kroos brilla como capitán al mando del barco. Le quitó de su lado a Xabi Alonso, que juega a otro ritmo.
Pero incidió con el colombiano James Rodríguez fuera de sitio, en una demarcación incrustado en el centro del campo donde le cuesta más. A muchos metros de la zona donde genera desequilibrio. Lo que consiguió de trabajo hacia atrás con Di María es difícil que lo repita el colombiano. Tienen cualidades diferentes y en el Vicente Calderón demostró que si sitio está entre los tres de ataque.
Es una zona de 'overbooking'. Con Cristiano Ronaldo y el galés Gareth Bale intocables más Karim Benzema con la confianza ciega de Ancelotti. Respondió con un tanto el francés para sacar al Real Madrid del apuro en el primer acto. Cuatro meses después el nueve vio puerta con un testarazo a la escuadra a un córner de Kroos. El Real Madrid pierde a su máximo asistente sin Di María y busca pasador oficial.
El Córdoba encajó de la única forma de la que no debía encajar, un error de concentración a balón parado. En media hora había hecho todo bien. Su ilusión se transformó en desparpajo sobre el césped del Santigo Bernabéu. Sin intimidarse en su regreso a la elite 42 años después. Salió a jugar y no encerrarse, y hasta pisó área rival. Havenaar, que peleó todo, dejó de inicio un disparo cruzado que aumentó el nivel de cánticos de los cinco mil seguidores blanquiverdes.
Sin estar al cien por cien volvió a jugar Cristiano de titular, con el deseo de responder los goles de Lionel Messi. Comenzó pidiendo penalti por un empujón dentro del área cuando se disponía a rematar un centro. Alejado de su mejor tono físico, sus intentos de gol acabaron en frustración hasta el último minuto. La más clara la tuvo de una acción de estrategia. Algo novedoso en estos lares. De una falta lateral, Modric engañó a todos con un pase raso al movimiento en falso del portugués que tras engañar a los rivales chutó de primeras con la derecha abajo, donde Juan Carlos sacó el balón en dos tiempos.
Al Real Madrid le faltaba continuidad en su juego, velocidad. De un arreón se adelantó en el marcador. Enganchó cuatro llegadas consecutivas con un pase picado de James que Kroos enganchó en semifallo, un disparo desde fuera del área del alemán y un centro que se enveneno de Benzema que provocó el córner de su gol.
Repitió el Real Madrid una salida relajada de vestuarios. Y el Córdoba que veía ante sí la oportunidad de su vida no dudó en adelantar metros para buscar el tanto del empate. Pantic cabeceó alto un saque de esquina. A los de Ancelotti le rematan todo. Fallos de concentración e intensidad que debe corregir. Ante el Atlético de Madrid les costó la Supercopa.
Casillas intervino a disparo de Matos cuando el nerviosismo ya se había instalado en el Bernabéu. Se comenzaban a escuchar silbidos cuando James enganchó un balón muerto tras un saque de esquina y sacó un zurdazo al palo del portero, que sacó Juan Carlos. Único disparo a puerta de un segunda mitad en la que de nuevo de un córner surgía una oportunidad del Córdoba. Fidel remató arriba en el 70 y un minuto después se iba de Arbeloa, chutaba abajo y el rechazo de Casillas lo convertía en gol Xisco en fuera de juego.
Reaccionó Ancelotti metiendo a Isco en búsqueda de velocidad y fluidez ofensiva, señalando a Arbeloa que se marchó con una tremenda pitada, para ganar profundidad con Carvajal por la derecha y buscando recuperar el equilibrio perdido en la medular quitando al nueve, Benzema, por Khedira. Le dieron resultado los cambios y acabó ampliando un triunfo sin brillo con un disparo lejano de Cristiano Ronaldo en el último suspiro, que se envenenó con un bote que hizo inútil la estirada de Juan Carlos.