El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, ha emplazado esta mañana a los directivos de las principales corporaciones españolas, en el marco del congreso anual de la Confederación de Directivos y Ejecutivos (CEDE), a "abandonar la criminalización de los sentimientos en los negocios" y "a ponerle el alma y el instinto a cada paso y a cada decisión que se adopta en clave empresarial".
En la sesión inaugural, en la que también han intervenido el alcalde de la ciudad y el consejero de Economía de la Junta, el regidor provincial ha argumentado que, "hasta ahora, el mundo empresarial en general, y la función directiva en particular, han estado capitalizadas por una concepción racional e intelectiva, acorde a la corriente del imperio de la razón que prevalece en Occidente desde hace siglos".
Frente a ese axioma del imperio de la razón que ha sido "la manera de afrontar la acción humana en los negocios y en la política", Villalobos ha propuesto otra manera de actuar "que cuente más con todas las facetas del ser humano para que nuestras empresas, nuestras instituciones, y también nuestro sistema educativo se humanicen".
En esa línea, el presidente de la Diputación ha esgrimido que "el ser humano no es solo razón, sino que tenemos condición de seres tricerebrados, con un cerebro racional, otro emocional y un lado instintivo".
A partir de ahí, Villalobos ha propuesto que, "para ejercer la función directiva, para afrontar la globalización y alcanzar con éxito el salto de la empresa al mundo entero, apliquemos a las corporaciones esa acción tricerebrada que abarca la plenitud humana, porque ningún directivo y, tampoco, ningún político, puede trazar su trabajo y su día a día utilizando solo nuestro cerebro racional".
Ha sido entonces cuando el mandatario provincial ha abogado por "una formación humanizante de los líderes, como respuesta a la deshumanización que, en las últimas décadas, han experimentado tanto la sociedad como la empresa, porque quizá estuviésemos hablando de otro escenario global si a nuestras acciones empresariales y políticas le hubiésemos puesto, además de razón, corazón e intuición".
Para Villalobos, "falta, por tanto, completar cada acción, cada gesto y cada decisión racional, con nuestras cualidades humanas de sentir y presentir, porque solo así esas decisiones serán completas y tendrán la misma plenitud que los seres que las están llevando a cabo".
En clave empresarial, el presidente de la Diputación opina que "será ese carácter de tricerebrados el que genere directivos con capacidad clara de liderazgo y con un acentuado carisma, que no es otra cosa que un don gratuito que la naturaleza concede a algunas personas en beneficio de la comunidad y que, en el caso del directivo, ese don es precisamente la cualidad que hace mejores a esas personas que toman las riendas de una corporación, para colocarla y mantenerla en la vanguardia de su sector".
El carisma no llega, por tanto, solo de nuestra parte racional, sino que "lo insufla esa condición que conjuga intelecto, sentimiento e intuición y, cuando eso se consigue, el resultado es que la calidad humana de quien toma las decisiones se multiplica y, acto seguido, eso lo dota de mayor poder de convicción ante los demás", ha enfatizado el presidente.
En ese sentido, Villalobos ha reivindicado "la formación de directivos desde su naturaleza como personas que no sólo tienen cerebro, sino desde su condición de humanos con razón, sentimientos e instintos". "De la correcta utilización de esos atributos depende el nuevo rumbo de la empresa, de la política y, en definitiva, de nuestro futuro en este planeta", ha concluido.