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Alejandro González: \"La Ciudad del Flamenco ha sido la puntilla\"

\"El centro debe ser el motor que impulse la ciudad\"

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  • Alejandro en un casa destruida -

“La Ciudad del Flamenco ha sido el proyecto que ha terminado de hundir el Cestro Histórico, le ha dado la puntilla. En contra de lo que se pueda pensar nunca fue la esperanza porque nunca se vio que aquel proyecto pudiese convertirse en realidad.  No queremos que vaya hacia adelante, que no se haga nada parecido sino que que esa zona se convierta en un espacio público en una plaza donde únicamente hay una vivienda habitada”.
Son reflexiones en voz alta de Alejandro González, el presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico. Una asociación que renació al amparo de una movida vecinal como bien recuerda Alejandro. “El 19 de octubre de 2012 se convocó, de forma un poco "artesanal", a los vecinos de las collaciones de San Mateo y San Lucas a una asamblea en plena plaza del Mercado para intentar hacer algo frente al fenómeno salvaje del botellón que la zona llevaba años padeciendo. Una convocatoria a ciegas que dio el resultado de unos cincuenta asistentes, todo un logro difícil de imaginar. En esa primera reunión ya subyació la impresión de querer hacer algo más por el barrio, existía la inquietud por mejorar una zona tan olvidada, había ganas de trabajar en esa dirección. Se decidió rescatar la Asociación de Vecinos que había existido hasta el año 2008, hecho que se produjo el 9 de noviembre de ese mismo año en una asamblea constituyente de lo que hoy es la Asociación de Vecinos del Centro Histórico”.
Decía Alejandro el pasado 19 de octubre, dos años exactos después de esa movida vecinal que “aunque parezca que todo sigue igual, hay un rayo de esperanza en forma de actuaciones proyectadas.  Pronto veremos obras en Riquelme y en Belén y en un corto periodo de tiempo podremos ver nuevamente abierta al tráfico la calle San Blas. Hay papeleras por todo el barrio, quizá demasiadas, y el aspecto de la calle Cordobeses tampoco es el mismo . El botellón se erradicó a base de mucho sacrificio y mucha exposición en los medios, y seguiremos plantándole cara a toda amenaza que se presente en este aspecto. Existe una mesa del Centro Histórico que, al menos, ha sacado del olvido en el que se encontraba la zona y que, si hay suerte, conseguirá un Plan Urban que servirá para una regeneración integral de todo el Casco”
Resalta asimismo que “en estos dos años se han reconocido y saldado viejas deudas del barrio consigo mismo: se solicitó la medalla de oro de la ciudad para el Desconsuelo, se le hizo un acto de reconocimiento a Agustín Pérez y María Bejarano y, el último, se hizo justicia al nombrar una plaza como Santiago Zurita” y agradece “ a la comunidad Salesiana de San Juan Bosco por su acogida en los primeros meses y por su colaboración con todas las cosas que se les proponen y viceversa; a la peña Don Antonio Chacón por ser nuestra sede durante unos meses; a la Casa de las Mujeres por el mismo motivo. Al Museo, Tradición, la Hermandad del Desconsuelo...... por todo su apoyo cuando se le ha pedido ayuda y consejo. Gracias a José Valero Siliceo por unos primero meses de trabajo encomiable como secretario de la Asociación, así como a su sucesor, Juan Manuel Oca Fernández, por la cantidad de horas que le han dedicado a este proyecto”.
Un proyecto que sigue enfrascado en el tema del Bereber que “no nos da miedo. Lo que decimos es que no puede estar abierto a las 7 de la mañana, que no puede tener licencia de sala de fiesta en el Centro Histórico. Hemos hablado con los nuevos propietarios y lógicamente cada uno defendemos nuestros intereses. Quien tiene que hacer cumplir las normas es el Ayuntamiento. Solo se trata de aplicar la ley. Ocurre lo mismo con las casas que están abandonadas en una zona que es Patrimonio Histórico. Lo que se tiene que hacer, como marca la ley, es obligar a los dueños a mantener ese patrimonio. Es aplicar la ley, sencillamente. Ahora  se están haciendo dos construcciones particulares en calle Juana de Dios de Lacoste, pero en todo ese sector hay muchas viviendas que están siendo ocupadas de forma ilegal y eso es negativo”.
Es negativo porque Alejandro, al igual que los muchos ciudadanos que habitan en el sector histórico, tienen claro que “no es normal el deterioro del patrimonio del casco histórico, donde hay , según el censo que se hizo en el mes de febrero, “ciento cincuenta casas abandonadas y seis o siete calles cortadas. Eso no es de recibo”, sobre todo cuando “entendemos que hay que tratar de repoblar el centro histórico, pero que se tenga en cuenta que el centro es el que está llamado a ser el motor principal del impulso de la ciudad. Por eso yo muchas veces digo que las Administraciones no  se pueden quedar en el coste que tienen las obras que se tengan que realizar, sino que tienen que tener un punto de mira más amplio y ver los beneficios que eso puede acarrear para la ciudad”.
Un enclave que ahora mismo está sin contenido es el Cine Astoria ya que “no reune las condiciones de seguridad, ya que la única puerta de acceso que tiene es la de calle Francos. Estamos pendientes de que se rehabilite el Tabanco del Duque se forma real y que se abra la calle Cantos, donde hay otra puerta de acceso. Es un espacio en el que se pueden ofrecer desde películas a ofrecer festivales. Tenemos la idea de montar ahí una escuela de baloncesto”.
Y es que la Asociación no solo reivindica, sino que también organiza y ya está  perfilando un Belén Viviente para el próximo día 19, con un mercadillo”. Pero mientras tanto siguen paseando y ordenando y lamentando que edificios como “el Palacio San Blas” se esté cayendo “aunque desde fuera no dé esa impresión. Lo compraron las Koplowitz al calor de la Ciudad del Flamenco para hacer un hotel de cinco estrellas, pero como la Ciudad no salió, tampoco el hotel y el Palacio del Pantera se encuentra abandonado a su suerte”.
A su suerte, cuando se diseñó la ciudad, se dejó el centro histórico que ahora se trata de rescatar. La constitución de la Mesa del Centro Histórico es una de las acciones positivas que valora, especialmente, Alejandro González ya que, desde ella, se está luchando para replantear un nuevo Jerez centro.

 

Un urbanismo salvaje


“¿Que quién es Alejandro González?. Pues, mire, soy de Cádiz, aunque llevo más de media vida en Jerez. Tengo 34 años, estoy casado, tengo una niña y soy licenciado en Filología Clásica y, a su vez, un enamorado del centro histórico, donde vivo desde el años 2009, concretamente en la plaza Basurto”.
Un hombre sensible,  como lo demuestra la rama de estudios universitarios que cursó, que recuerda que “hace una treintena de años el centro histórico de Cádiz se encontraba en las mismas precarias condiciones que se encuentra actualmente el de Jerez. Y nosotros aspiramos a que el centro de Jerez esté de cuidado y sea ese motor que lo es en Cádiz en en Sevilla o en Granada. Realmente aquí en Jerez han jugado de una manera salvaje con el proyecto urbanístico. No es posible que una ciudad de doscientos mil habitantes tenga barriadas que se encuentran a la misma distancia del centro que pueden estar las barriadas de Sevilla. Eso es una barbaridad”.
Y eso lleva consigo, según Alejandro González, que “Jerez se haya convertido en una ciudad incómoda por los desplazamiento que hay que realizar y que la gente haya perdido el interés por el centro histórico, que haya perdido su poder de valoración, hay gente, mayor incluso, que no conocen el centro histórico de su ciudad, que preguntan por tal o cual monumento, por tal o cual calle. Eso es muy lamentable y esa es una tarea que se hizo muy mal y que hay que rectificar”

 

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