El Senado de Australia ha aprobado este viernes por un estrecho margen un proyecto de ley que introduce nuevos cambios a las leyes migratorias del país, entre los que figura la reintroducción de los controvertidos visados temporales para refugiados.
El texto, aprobado con 34 votos a favor y 32 en contra, permite a los refugiados vivir y trabajar en Australia entre tres y cinco años, pero les niega una protección permanente, según ha informado la cadena de televisión australiana ABC.
Los senadores han celebrado un debate que se ha extendido hasta las primeras horas de la mañana, tras lo que la legislación ha sido aprobada con el apoyo de varios miembros de los partidos minoritarios.
En respuesta, el ministro de Inmigración, Scott Morrison, ha acordado aumentar el número de refugiados que pueden entrar de forma anual al país en 7.500, conceder a los solicitantes de asilo que cuentan con 'visados puente' el permiso de trabajo, y sacar a todos los niños de los centros de detención en la isla de Christmas.
El senador Ricky Muir, del Australian Motoring Enthusiast Party, ha lamentado que Morrison dejara claro que decenas de miles de solicitantes de asilo quedarían en un limbo legal si no se aprobaba la legislación.
"Me vi arrinconado y forzado a decidir entre una decisión mala y una peor, una posición que no deseo a mis enemigos. Una decisión que involucra a seres humanos, niños, madres, padres, personas que han tenido que superar situaciones impensables, gente forzada a recorrer grandes distancias para buscar asilo", ha agregado.
Así, ha asegurado haber recibido una carta firmada por varios solicitantes de asilo pidiendo que aprobara el proyecto "si era la única oferta del Gobierno". "Fue un ruego, un llanto pidiendo ayuda", ha valorado Muir.
Por su parte, la 'número dos' del Ministerio de Inmigración, Michaelia Cash, ha manifestado que era vital "retirar el azúcar de la mesa". "Ponemos fin a que 50.000 personas vengan al país ilegalmente en barco porque los traficantes tienen un producto que vender", ha explicado.
"Ponemos fin a las muertes en el mar porque los traficantes de personas eran capaces de vender una protección permanente en Australia", ha añadido, incidiendo en la postura del Gobierno de que esta legislación pondrá fin a estos viajes al retirar los incentivos.
La nueva legislación garantiza una protección a los refugiados de tres años, pero la misma podría ser rescindida en caso de que las autoridades australianas consideren que las situaciones en sus países de origen han mejorado.
El propio Morrison ha asegurado que ha tomado las medidas necesarias para empezar a sacar a los niños de los centros de detención de la isla Christmas, resaltando que espera que los primeros visados temporales se empiecen a emitir a principios de 2015.
En este sentido, ha dicho que 5.000 solicitantes de asilo podrían optar a estos documentos debido a que su situación ha sido abordada parcialmente hasta la fecha. "Serán los primeros en ver sus casos cerrados y se les entregarán visados temporales", ha apuntado.
"Hay 25.000 personas con 'visados puente' que tienen que atravesar todo el proceso, pero si hay gente que está dispuesta a trabajar hoy y a tener un puesto de trabajo al que creen que pueden ir, pueden contactar con el departamento y facilitaremos el proceso", ha añadido.
La nueva legislación contempla además la entrega de visados temporales durante un periodo de cinco años para que los refugiados vivan y trabajen en áreas regionales, y que podría desembocar en la entrega de un visado permanente.
CRÍTICAS
El abogado pro Derechos Humanos David Manne ha recalcado que los cambios introducidos en la legislación "no sólo son radicales y extremos, sino que violan los derechos fundamentales". "Violan el Estado de derecho y pondrán vidas en peligro", ha asegurado.
"Uno de los problemas cruciales con estas leyes es que niegan un proceso justo a decenas de miles de personas que están en este país buscando protección", ha añadido.
Por su parte, el portavoz del Consejo de Australia por lso Refugiados, Phil Glendenning, ha valorado que la votación no podrá fin a la crueldad contra los niños. "Por supuesto estamos contentos con que los niños abandonen la isla de Christmas, pero también hay niños en Nauru y hay medidas que mantendrán a los niños y las familias en el limbo", ha remachado.
Australia usa centros de detención en Papua Nueva Guinea y en la pequeña isla del Pacífico de Nauru para procesar a los futuros refugiados que llegan en barco, pero unos 30.000 que llegaron antes de la política fuera creada están a la espera de que su solicitud se procese en centros de detención australianos.
Unos 16.000 solicitantes de asilo llegaron a Australia en 220 barcos en los siete primeros meses de 2013, pero el Gobierno afirma que ha habido solo una llegada "ilegal" desde diciembre de ese año. Cientos de solicitantes de asilo se han ahogado en los arriesgados viajes, en su mayoría desde Indonesia, debido al naufragio de las embarcaciones precarias.