Tres millones de creyentes han acudido durante los últimos 44 días a visitar las reliquias del jesuita español San Francisco Javier en la ciudad de Goa, en la costa occidental de la India, donde se exponen al público cada diez años.
El 22 de noviembre el cuerpo incorrupto del santo, nacido en Navarra a principios del siglo XVI, fue trasladado en procesión en una urna de cristal y plata desde la iglesia del Buen Jesús, donde reposa, a la catedral, un edificio gótico del siglo XVI donde permanecerá hasta hoy domingo.
"Los peregrinos llegan a esperar hasta 7 horas" para ver al santo, dijo a Efe el padre Alfred Vas, encargado de la organización del evento al explicar que los restos han sido visitados por unos 3.300.000 personas durante todo el día formando largas colas.
San Francisco Javier, amigo, compañero y cofundador de la Compañía de Jesús con San Ignacio de Loyola, desembarcó en Goa en 1542 con el objeto de catequizar y convertir al cristianismo a los nuevos súbditos de la Corona portuguesa.
La muerte le sorprendió el 3 de diciembre de 1552, con 46 años, en la isla de Sancian, frente a la costa de China, mientras esperaba un barco para viajar -clandestinamente al parecer- a ese país y continuar allí con su labor misionera después de haber estado en otros lugares de Asia como Malasia, Indonesia y Japón.
En 1553, los goanos, que consideran al misionero español como su propio santo, llevaron sus restos mortales, como era deseo del jesuita, a Goa, capital de la excolonia portuguesa.
Sacerdotes cristianos, cuya religión representa al 1,9% de la población de la India -alrededor de 19 millones de creyentes-, además de hindúes -un 80% de los indios-, musulmanes -un 13%- y budistas -0,7%-, han tomado parte de los ritos religiosos en honor al santo español, que en este país es venerado al margen de los credos.
"La fe en la India es todavía muy fuerte, no como en Europa, y los peregrinos indios que visitan el cuerpo incorrupto del santo ven en él a Dios (...) En Goa todos le veneran para que les proteja de las calamidades", aseguró el padre Vas, al señalar que sus seguidores creen que gracias a él la región ha estado a salvo de hambrunas o desastres naturales.
Durante el tiempo que los restos del santo están expuestos en la catedral "la gente viene en peregrinación desde muchos puntos de la India, algunos de ellos tras diez días caminando, y de otros países" señaló el sacerdote.
"Me he encontrado con varios grupos de España, Portugal, Francia, China e Italia", agregó.
Entre los españoles que visitaron Goa por estas fechas no podían faltar los navarros, por lo que la agencia Sarasate de Pamplona organizó una viaje a la ciudad para presenciar las reliquias del santo.
Javier Agorreta, que trabaja en la agencia y se trasladó a la India con un grupo de 15 personas, explicó a Efe que asistió a una misa en castellano en Goa en honor al santo.
"Me sorprendió la profunda fe que mostraba la gente. Al final, por falta de tiempo, no pudimos visitar las reliquias de San Francisco Javier, pues había unas colas muy largas con esperas de varias horas", añadió el empresario navarro.
Goa celebra la festividad de San Francisco Javier anualmente el 3 de diciembre y en este Estado indio se le tiene tanta devoción que todos los pueblos tienen una capilla del santo y en muchas casas se guarda también una imagen.
Pero es solamente una vez cada diez años, durante la exposición de sus restos al público, cuando Goa se convierte en lugar de peregrinación de los devotos que el santo, llamado "el gigante de la historia de las misiones", tiene por todo el mundo.