En su último discurso como presidente de Uruguay, José Mujica se mostró hoy agradecido con sus ciudadanos por el apoyo recibido cuando se sintió solo en el poder, y aseguró que de tener dos vidas más, las volvería a gastar en luchar por su país.
"Querido pueblo, gracias por tus abrazos, críticas, cariño y, sobre todo, gracias por tu hondo compañerismo cada una de las veces que me sentí solo en el medio de la Presidencia. No dudes que si tuviera dos vidas las gastaría enteras para ayudar a tus luchas, porque es la forma más grandiosa de querer la vida que he podido encontrar a lo largo de mis casi 80 años", dijo Mujica.
Fueron las palabras finales que el "Pepe", como se le conoce popularmente, dirigió a su pueblo en su último acto como presidente, el tradicional y protocolario acto de entrega del Pabellón Nacional, por el que el mandatario saliente recibe la bandera uruguaya que ondeó en la sede de la Presidencia durante toda la legislatura.
Y tal vez el momento más emotivo de un discurso breve y escrito previamente, al contrario de lo que suele ser habitual, como confesó, que puso sobre la mesa vastos conceptos como la vida, la lucha o la constante pugna entre solidaridad y egoísmo.
"La vida como entrega y como valor para defender por encima de todas las cosas" y el trabajo y la lucha por el pueblo como "forma superior de estar con la vida", ideas de una alocución en la que eludió hacer balance de su gestión o repasar conquistas de su mandato.
Mujica lamentó que los cinco años de legislatura pasaran "tan rápido" y en una lucha permanente y fratricida entre el egoísmo y la solidaridad.
"El egoísmo natural, que llevamos dentro, y que nos lo puso la naturaleza para defender nuestra vida y la de nuestros seres queridos, en lucha con la solidaridad, que es la defensa en el largo plazo de la especie", distinguió.
Palabras que inciden en la doble naturaleza del hombre como ser solitario y ser social, que parafraseando al científico Albert Einstein viene repitiendo el "Pepe" en sus últimos días como gobernante.
Lo hizo ayer durante un encuentro mantenido con el presidente de Bolivia, Evo Morales, en la sede del sindicato uruguayo PIT-CNT, y hoy en una intervención radial.
"Como ser solitario (el hombre) procura proteger su existencia y la de los que están más cercanos a él (...). Como ser social intenta ganar el reconocimiento y el afecto de sus compañeros humanos (...) y siempre mejorar sus condiciones de vida", dijo hoy en la emisora local M24.
Constantemente ovacionado y aplaudido por la multitud de simpatizantes que le acompañaron esta tarde en la Plaza de la Independencia de Montevideo, Mujica rememoró su niñez, "con escuelitas atestadas de gurises remendados, zapatillas rancheras y madres duras que siempre le daban la razón a la maestra".
También esquematizó el devenir de Uruguay a través de la historia, desde la emigración española tras la Guerra Civil hasta su etapa como guerrillero tupamaro, en un mundo, "de utopía militante".
"Sufrimos e hicimos sufrir y somos conscientes, pagamos precios enormes, pero seguimos por milagro vivos y templados, mucho más humildes y republicanos, porque nos quedó incrustado que nadie es más que nadie", subrayó al respecto.
Acompañado por su mujer, la senadora Lucía Topolansky, y por el presidente electo, Tabaré Vázquez, que asumirá su cargo el domingo, Mujica quiso, ante todo, como había anunciado previamente, que el acto de hoy fuese un homenaje a su pueblo, más que a su figura.
"Cuando baje el estandarte trataré en lo posible de simbolizar un abrazo de agradecimiento a aquellos que nos acompañen y una invitación humilde a respaldar con toda la fuerza, por la suerte del país, al gobierno que viene", había dicho horas antes en su alocución en la emisora M24.
Pero hacía tiempo que por las redes sociales corrían diversos llamamientos para acudir en masa a despedirle y la ceremonia resultó multitudinaria.
Y de récord, a tenor de lo que algunos asistentes contaron respecto a ocasiones anteriores, con una nube de fotógrafos y cámaras que rodeó a Mujica en cada movimiento a la vez que el público, que portó multitud de pancartas e incluso caretas con el rostro del exguerrillero tupamaro, coreó su nombre constantemente.
Parte de la muchedumbre acompañó al presidente hasta la Intendencia (alcaldía) de Montevideo, donde concluyó la jornada ofreciendo la conferencia "Los desafíos de la sociedad del futuro".
Antes por la tarde, Mujica ya había comenzado sus actos protocolarios de despedida descubriendo un cuadro suyo en el Museo de la Casa de Gobierno, en el Palacio Estévez, donde figuran enmarcados también el resto de presidentes democráticos del país.