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Rodríguez del Corral: "Nos adormece la conformidad con las ideas recibidas"

El escritor sevillano José Luis Rodríguez del Corral ha recurrido a Thoreau para titular su última novela, "Sólo amanece si estás despierto" (Siruela), y en una entrevista ha asegurado que "nos adormece la conformidad con las ideas recibidas, la escasa capacidad crítica"

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  • Rodríguez del Corral -

El escritor sevillano José Luis Rodríguez del Corral ha recurrido a Thoreau para titular su última novela, "Sólo amanece si estás despierto" (Siruela), y en una entrevista con Efe ha asegurado que "nos adormece la conformidad con las ideas recibidas, la escasa capacidad crítica".

Y también nos adormece, dice, "el entretenimiento omnipresente que aleja el aburrimiento pero por lo mismo cierra el paso a la curiosidad y la imaginación"

Rodríguez del Corral ha asegurado que no pretende vindicar a Henry David Thoreau porque no pretende "convertirlo en ninguna bandera", sino que sólo se inspira en él porque "fue un gran defensor de los derechos individuales, como la objeción de conciencia".

Sobre si su ideario conecta con alguno de los partidos emergentes, el autor ha añadido que Thoreau fue "un filósofo práctico americano, muy alejado del colectivismo socializante de Podemos y quizás algo más cerca, pero no mucho, del liberalismo social de Ciudadanos".

"Sólo amanece si estás despierto" es una novela sobre los fundamentos de la felicidad, una reflexión sobre "qué sentido tiene una libertad que no se ejerce", una historia de amor que transcurre en el inhóspito verano sevillano protagonizada por "dos náufragos" que se encuentran "en la isla de una azotea".

O sea, una novela de sentimientos: "Sí, es una novela a flor de piel, que describiría como más sensible que sentimental y más emocionante que emotiva; no sé si es apropiada o no a estos tiempos, pero creo que sí, porque yo no vivo en Marte y mi torre de marfil es la intemperie de una azotea; la gente no va a dejar de tener sentimientos, y los que describo creo que son muy actuales y responden a la inquietud de muchísimas personas", explica Del Corral.

A la pregunta de si existen formas discretas de romanticismo, el autor ha contestado: "Esta pregunta encierra una sugerente paradoja, pues en principio el romanticismo supone un desbordamiento emocional enemigo de toda regla y alérgico a la discreción, a la que se supone, a su vez, más burguesa e ilustrada".

"Sin embargo -continúa- es fácil pensar en un hombre que alberga en secreto una gran pasión, o en una mujer que, bajo la cortesía de sus modales, vive una existencia de íntima exaltación, incluso de riesgo insensato, como Madame Bovary; en España suele confundirse el romanticismo con la sensiblería y el aspaviento; pero sí, hay formas discretas de ser romántico".

Uno de sus personajes conoce la felicidad tras intentar suicidarse, de ahí la pregunta de si no hay nada más sorprendente que la misma vida: "La sorpresa es un componente sustantivo de la vida, surge de lo que no puede preverse ni predeterminarse e implica un riesgo, porque no todas las sorpresas son buenas".

Rodríguez del Corral ha reconocido que su obra es optimista, pero ha matizado que su optimismo "no tiene que ver con abundancias de ninguna clase y tampoco con climas, sino con dos personas que han visto de cara a la muerte y han decidido vivir; vivir por propia voluntad, con determinación, no por resignación ni por inercia".

Sobre lo que más le disgusta de su ciudad, Sevilla, en la que sitúa su novela, ha señalado que está "cansado de que por mor del pueblo caigamos en pueblerinos, de que todo sea tan gregario y tan poco prometedor, de que Andalucía sea una madre en lugar de una comunidad política, de que alardeando de 'nuestra cultura' nos preocupemos tan poco de ser personas cultas; estoy por escribir un libelo titulado 'Contra lo nuestro'; y aún, 'Contra lo nueztro'".

Rodríguez del Corral fue librero antes que escritor, de ahí que no entienda que se lea poco: "Eso nunca lo he entendido y sigo sin comprenderlo; con el poco trabajo que cuesta; antes, y tras las cartas, la lectura era el medio principal para combatir el aburrimiento, ahora la competencia es inmensa; ahora bien, hace uno, dos, tres siglos, leía mucha menos gente que ahora y la literatura era mejor, o eso nos parece; así que a lo mejor no importa tanto".

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