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Un par de zarpazos del Getafe condenan al Deportivo

El Getafe, un equipo necesitado de goles, curiosamente encauzó el choque con el acierto de su defensa

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Un par de zarpazos del Getafe, que apenas inquietó al Deportivo, condenó al conjunto gallego, que perdió 2-1 en el Coliseum Alfonso Pérez y sumó su séptimo partido consecutivo sin ganar para terminar la jornada un punto por encima de los puestos de descenso.

El Getafe, un equipo necesitado de goles, curiosamente encauzó el choque con el acierto de su defensa. Los jugadores de la zona de atrás del cuadro madrileño sujetaron en la primera parte a los del Deportivo y además marcaron los dos tantos que dieron la victoria a lo hombres de Pablo Franco.

El técnico azulón acertó en sus dos cambios. Desde que llegó al club para sustituir a Quique Sánchez Flores, siempre dijo que sería continuista en el método y en la táctica de su predecesor. Sin embargo, en la víspera del choque afirmó que podría incluir algún matiz y así lo hizo.

El brasileño Naldo salió de la alineación, Alexis Ruano, últimamente un central reconvertido en lateral derecho, volvió a su posición natural para dejar ese hueco al joven Carlos Vigaray. Y, en el centro del campo, Diego Castro, con más temple que el colombiano Freddy Hinestroza, jugó escorado en la zona izquierda de la medular.

Esos cambios serían importantes. Alexis, más centrado en el campo, fue el primero en dar la razón a su entrenador. Aparte de mostrarse implacable con los múltiples balones por alto que lanzó el Deportivo, apareció en el momento justo cuando su equipo más lo necesitaba.

El equipo de Víctor Fernández, pasó de dominado a dominador con el acierto de Lucas Pérez, casi el único del Deportivo que tenía una bombilla encendida para aportar ideas interesantes. Y cuando parecía que el Deportivo se iba a hacer definitivamente con las riendas del choque tras veinte minutos de zozobra, apareció Alexis para marcar el primer gol en una jugada aislada del Getafe.

El 1-0 en el marcador fue un jarro de agua fría para el Deportivo, que, aún así, insistió con algunos acercamientos que crearon más incertidumbre que peligro. Los intentos de Juanfran, del costarricense Celso Borges con un cabezazo a bocajarro mal dirigido y del brasileño Sidnei, con un pelotazo que se marchó fuera por poco, precedieron al segundo momento clave del duelo.

De nuevo apareció un defensa del Getafe, en esta ocasión Sergio Escudero, para rematar a placer un centro de Diego Castro, la otra pieza de Franco que aportó un matiz diferente a su equipo. El jugador gallego luchó un balón que parecía perdido, lo robó, lo cedió hacia atrás. Pablo Insua no respondió bien y Escudero no falló.

El 2-0 era un resultado injusto. El Getafe tal vez había tenido más control, pero solo disparó un par de veces a portería. El Deportivo también tuvo sus fases de dominio y dispuso de ocasiones. Las falló y se marchó al vestuario con un resultado muy difícil de remontar.

Víctor Fernández sacó del campo a Juanfran y al argentino Luis Fariña para dar más electricidad al Deportivo. Lo consiguió con el portugués Ivan Cavaleiro e Isaac Cuenca sobre el campo. Ambos dieron otro aire al conjunto gallego, que consiguió crear ocasiones claras.

El primero solo duró veinte minutos porque tuvo que retirarse lesionado. Aún así, tuvo tiempo de ser un incordio para Vigaray, que sujetó como pudo sus acometidas.

Fruto de ese nuevo Deportivo, llegaron las ocasiones más claras para los gallegos. Primero la tuvo Lucas Pérez, que inexplicablemente falló delante de Vicente Guaita. Después, fue Oriol Riera quien no acertó delante del portero del Getafe. Y, al final, fue Toché, a falta de doce minutos quien acertó para crear incertidumbre en el Coliseum.

Ésta no se transformó en tragedia y los errores en los metros finales condenaron a un equipo que encadenó otro partido sin ganar. El Deportivo, a falta de nueve jornadas para el final, solo está un punto por encima del descenso. El Getafe, se posiciona en una zona cómoda a siete puntos del peligro. Nunca una defensa dio tanto a un equipo que mereció tan poco.

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