El Papa pidió hoy que los pueblos cristianos se inspiren en el espíritu de reconciliación del Señor para que miren con esperanza hacia el futuro y caminen hacia una convivencia fraterna, después de la ceremonia de canonización de dos santas palestinas celebrada en el Vaticano.
"Inspirándose en el ejemplo de misericordia, de caridad y de reconciliación (del Señor), que los cristianos (...) miren con esperanza hacia el futuro, avanzando hacia el camino de la solidaridad y de la convivencia fraterna", afirmó Francisco momentos antes del rezo del Regina Coeli, que sustituye al Ángelus dominical en tiempo pascual.
Lo hizo en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde canonizó momentos antes a las primeras santas de la época moderna de Palestina, Sor María de Jesús Crucificado, cuyo nombre original era Mariam Baouardy, y Sor María Alfonsina.
La ceremonia, que fue acompañada por varias banderas palestinas, se convirtió en un mensaje de esperanza para los cristianos de Oriente Medio.
El acto comenzó hacia las 10.00 hora local (08.00 GMT) y se celebró en la plaza vaticana, donde se congregaron más de 2.000 personas procedentes de Tierra Santa, Palestina, Jordania e Israel.
La ceremonia reunió también al patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, y al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.
También estuvieron presentes muchos fieles de otros lugares del mundo.
Las dos monjas palestinas formaban parte del grupo de cuatro religiosas que fueron elevadas este domingo a los altares: las otras dos eran Jeanne-Emilie de Villeneuve, de Francia, y María Cristina de la Inmaculada Concepción Brando, de Italia.
A las 10.24 hora local (08.24 GMT) fueron pronunciados los nombres de las cuatro nuevas santas, seguidos del ruego "Ora pro nobis", en la plaza vaticana.
Minutos después, el papa Francisco dedicó unas palabras a cada una de las nuevas santas y afirmó que "cada discípulo de Cristo está llamado a ser testigo de su resurrección, especialmente aquellos en los entornos humanos donde fuerte es el olvido de Dios y la pérdida de hombre".
De Mariam Baouardy destacó que "humilde y analfabeta, fue capaz de dar consejos y explicaciones teológicas de forma muy clara, fruto del diálogo continuo con el Espíritu Santo".
"La docilidad al Espíritu Santo la hizo instrumento de encuentro y comunión con el mundo musulmán", afirmó.
Por su parte, de María Alfonsina aplaudió que fue "ejemplo de cuán importante es hacernos responsables de los otros, de vivir al servicio los unos de los otros".