El artefacto explosivo se encontraba camuflado dentro de un barril de cerveza y fue descubierto por un hombre que trabajaba en el campo, indicó un portavoz de la Policía norirlandesa (PSNI).
Esta misma zona fue objeto hace una semanas de una operación de rastreo por parte las fuerzas del orden, después de que supuestos terroristas avisasen de que habían dejado una bomba en un punto del trayecto de 16 kilómetros que une las localidades de Rosslea y Donagh.
En junio pasado y cerca de este lugar fue colocada debajo de un puente otra bomba, que no llegó a estallar cuando dos agentes de la PSNI circulaban por él.
Según fuentes policiales, varias familias fueron evacuadas ayer tras llegar los artificieros del Ejército británico, que recuperaron “diversas partes de un artefacto explosivo de considerable tamaño”.
El superintendente de la PSNI en el condado de Fermanagh, Alywin Barton, aseguró que el impacto del terrorismo en las “vidas y trabajos” de las comunidades de esta zona “está siendo enorme”.
Barton acusó directamente a los grupos disidentes del Ejército Republicano Irlandés (IRA) opuestos al proceso de paz de poner en su punto de mira a la población civil de Irlanda del Norte.
No obstante, el reciente rebrote de la violencia ha provocado la repulsa en las calles de la mayoría de los norirlandeses y ha unido en su condena a todos los partidos.