Desde el cuerpo municipal comentaron que esta campaña nace con una vocación preventiva habida cuenta del año índice de casos de siniestralidad en los que, con la documentación del vehículo en la mano, los agentes constatan que el biciclo no ha superado las pruebas que certifican su capacidad para circular con seguridad.
Según los agentes especializados en esta materia consultados por EL FARO INFORMACIÓN, para muchos usuarios “tener un ciclomotor es poco menos que tener una bicicleta”, por lo que apeló a la responsabilidad de los conductores.
El cuerpo municipal hizo constar que es frecuente hallar vehículos de dos ruedas con modificaciones y trucajes que impedirían que éste pasase la ITV, lo que da lugar a que sus propietarios traten de eludir este trance. “Pillamos vehículos con los bastidores cambiados de sitio, luces de neón en los faros o escapes trucados que no tienen nada que ver con el que la moto debería llevar”, reseñó uno de los agentes responsables de esta campaña.
Multas
Los efectivos policiales que participarán en la campaña de la ITV recibieron a finales del pasado año e inicios de este un curso en esta materia durante el que se les entregó un cuadro que les servirá de gran ayuda en los controles.
En el documento se incluye una relación de las diferentes fechas en que los vehículos deben pasar la prueba en virtud de las terminaciones de la matrícula “con una serie de consideraciones para evitar el solapamiento con ciclomotores que tienen que pasarla por segunda o tercera vez”, agregó el agente.
Esta misma información se recoge, según manifestaron desde la Policía Local, en la página web de la DGT (www.dgt.es). De igual modo, los policías cuentan con un cuadro en el que se detallan las multas que tendrán que cobrar a los infractores en la medida que lo indique el grado de incumplimiento.
Si el ciclomotor no ha pasado la ITV en la fecha que le corresponde, el conductor tendrá que pagar 150 euros, de igual modo que si el ciclomotor carece del preceptivo limitador de velocidad para circular por el casco urbano. La mayor sanción se produce cuando, tras no pasar la prueba, se excede el plazo máximo de 10 días que se tienen sólo para ir hacia el taller más cercano y reparar el vehículo.
En ese caso, al infractor le caen 450 euros. De igual modo, circular libremente con el vehículo retenido por no pasar la ITV supone una multa de 200 euros.
Los controles se harán en todos los turnos con mayor incidencia durante los fines de semana.