Hasta 1991, cuando fue derribado para construir una zona de aparcamientos para la Exposición Universal de 1992, el Haza del Huesero fue uno de los cincuenta y tres suburbios infrahumanos del “cinturón de la miseria” de Sevilla. Las ilustraciones no mienten y muestran el enclave de la orilla izquierda de la corta de la Vega de Triana, con el Haza del Huesero en la zona Norte; fragmentos de los planos de 1989 y 1973, y vista de la desaparecida Venta Charco de la Pava, fotografiada en 1953.
El profesor José María Luján Murillo [Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla, 1993, tomo I páginas 423-424], informa del enclave histórico “Haza del Huesero” como un lugar que “estuvo situado entre la carretera de enlace Cádiz-Huelva y Extremadura (Muro de defensa), y el cauce del Guadalquivir. Era así conocido porque en este sitio hubo un "juano", pequeña fábrica de abonos cuya materia prima eran los huesos de los animales sacrificados en el matadero.
El poblado no tenía denominación oficial, ni tampoco sus calles, aunque en un plano de 1969 aparecían con nombres de peces: Jurel, Trucha, Barbo, Pejerrey y Perca. En los años 80 los residentes reconocían la existencia de tres calles: Central, la más importante, Seña y Virgen de los Reyes.
Los terrenos fueron parcelados en los primeros años de la década de 1920, dando lugar a viviendas de autoconstrucción de tipo marginal. Según un plano de 1943, se organiza en torno a una calle central en dirección norte-sur y otras que se sitúan en la perpendicular y hacia el muro de defensa actual. El conjunto quedaba circunscrito por las obras de defensa, el Cortijo de Miguel y el ferrocarril de Obras del Puerto, próximo a la dársena en construcción.
Desde los primeros momentos caracterizaban a la Haza del Huesero la presencia de cuadras, chatarrerías, vaquerizas y numerosas chabolas son constantes desde la guerra civil; ya como política de erradicación de estos núcleos, ya motivado por los estragos de las inundaciones, los desalojos se producen periódicamente, y los vecinos pasan a ocupar algunos de los pisos del Polígono San Pablo o de las Tres Mil Viviendas.
En los últimos años de quince a veinte familias vivían allí de forma más o menos perma nente, y sobre todo el lugar era utilizado para actividades marginales como almacenes de chatarras, establos para coches de caballos, vaquerizas, tejares que laboraban en verano, areneros, e incluso algunas empresas importantes extractoras de grava, arena y limo para la construcción.
En el año 1991 se procedió a su erradicación, terraplenado y nivelación para convertirlo en aparcamientos para la Exposición Universal de 1992 y posteriormente está proyectado un parque.